En
estos últimos años han sido divulgadas noticias importantes, en sustancia hipótesis
tan diferentes entre ellas, que confirma la veracidad del mensaje divulgado por
Eugenio Siragusa, el contactado de las Potencia Celestiales.
ONDASETTE (Emisora radiofónica).
EL HALLAZGO DE
FRAGMENTOS ÓSEOS “APRESADOS” EN LAS ROCAS DE AGRIGENTO TESTIMONIARÍAN LA LLEGADA Y LA PERMANENCIA EN
SICILIA DEL “AUSTRALOPITECO”, PROGENITOR DEL GENERO HUMANO.
Agrigento
es famosa por sus tempos grecos, muchos y bien conservados, aunque presos del
asedio de la más salvaje especulación urbanística. Desde hace algún tiempo, sin
embargo, la ciudad siciliana tiene un motivo más para ser famosa: El hallazgo
de cuatro dientes de un australopiteco, un prehistórico progenitor del género
humano, un extraordinario descubrimiento este, que abre un nuevo capitulo en la
prehistoria del hombre.
A
marcar este descubrimiento fue Gerlando Bianchini, funcionario de banca y
estudioso de medicina con el hobby de la reconstrucción de la prehistoria
siciliana; y además promotor del Centro de Estudios Prehistóricos de Agrigento,
autor de obras especializadas y descubridor de fama internacional.
Hace
algunos años Bianchini, descolgándose sobre las pareces calcáreas del
agrigentino, descubre un molde de un diente humano. Desde entonces no dejó
jamás de buscar. Finalmente, mientras recorría junto a tres colaboradores el cañón
calcáreo, vislumbro el perfil de un diente fósil.
Los
cuatro se pusieron al trabajo y después de algunas horas recuperaron y pusieron
a la luz cuatro dientes de más de tres millones de años y dos fragmentos óseos.
Los
restos, los más antiguos hasta ahora hallados en Europa, pertenecen a una
especie, la del australopiteco, que se pensaba había habitado solamente África
donde posteriormente se habría extinguido hace un millos de años.
Evidentemente
no fue así. El hallazgo de los fragmentos demuestra inequívocamente la
continuidad entre África y el viejo continente.
Existieron
de hecho en eras lejanas, fenómenos por los cuales el nivel del mar descendía
haciendo emerger la tierra y soldando las islas de mediterráneo.
En
estas tierra de Sicilia, por tanto, más de tres millos atrás proveniente de
aquellas tierras lejanas del continente negro, quizás de Etiopia, llegó un
homínido, pequeño y delgado alimentándose de bayas y semillas y
defendiéndose de los ataques de los
animales feroces que lo aterrorizaban. Ciertamente no era bellísimo o al menos
sus rasgos no corresponden a nuestros cánones estéticos: los ojos simiescos, la
nariz respingona, una prominente boca, de altura poco más o menos de un metro y
veinte centímetros, veinticinco kilos recubiertos de una fuerte hipertricosis,
o sea por una pobladísima capa de pelos. Caminaba pero de forma erguida y en él
estaban ya los principios de una vida espiritual que lo empujaba a ir más allá
de sus propios horizontes de vida desde África hasta la lejana Sicilia.
Bianchini
no ha dudado ni siquiera un instante que los fragmentos hallados pertenecieran
a un australopiteco. Según el experto, de hecho, la estructura de los
premolares hallados es en cruz y las dos partes, anterior y posterior que
constituyen el diente son de la misma altura y se presentan en cinco cúspides,
las del hombre a cuatro.
¿El
descubrimiento sacude la historia de la evolución del hombre?
“Beh,
naturalmente, -declara Bianchini- será necesario revisar la situación del árbol
genealógico. Hasta hoy el australopitecos era considerado por la mayor parte de
los estudiosos un genero colateral a la especie que ha contribuido a la lenta formación
del hombre. Ahora, después del hallazgo, me permito de decir que será inserido
sin duda alguna como pasaje obligatorio en la larga serie de nuestros
progenitores. La clasificación debería ser esta.
En
la base va el primer Autralopitecus hallado en África, que debería ser el más
antiguo y que sus descubridores llamaron “Lucy” en homenaje a la canción que
acostumbraban escuchar en los momentos de reposo.
A
continuación en secuencia el “Gracilis”, el nuestro.
Se
continua con el primer verdadero representante del hombre, el Habilis, que
vivió dos millones de anos atrás, un ser capaz de tallar la piedras y de
usarlas como instrumentos de defensa y de ofensa.
Y
después con el Erectus, genial descubridor del fuego y versátil fabricante de
ejes.
Hemos
llegado así al “neandertal”, un cavernícola pero refinado, que enterraba a sus
muertos y pintaba las piedras.
En
el ultimo nivel está el homo sapiens aparecido hace alrededor de trescientos
mil años e inventor de instrumentos bastante complejos. Cierto, en esta
reconstrucción mi hallazgo asume una importancia notable si se piensa que se
localiza en Sicilia la más antigua traza humana de Europa...”