Laboriosidad Interplanetaria
Una gran civilización ha rebasado el confín de los
cielos para que sea ensalzada la séptima
columna del Eterno Reino de Dios.
Eugenio
siempre ha sido
precursor
de un
nuevo
estado de conciencia.
Varias son las inteligencias en la genética de las estirpes terrestres, cada una con su laboriosidad y metodología evolutiva.
Pero el hombre terrestre aún no está
preparado para comprender los conceptos de la multiplicidad que se sintetizan
en la Unidad, con sintonía de intentos, de armoniosa colaboración fraterna.
Faltando este respeto, esta conciencia universal, todavía domina la oscuridad
de la presunción, las luchas fratricidas por la prevaricación pero, más que
nada, por las orientaciones anímico espirituales. Ciertamente existen infinitos
ejemplos de elevación intelectiva en cada momento histórico, sea sobre planos
culturales en el uso de los niveles informativos como en aquellos de
sensibilidad emocional anímico espiritual.
Pero sobre aquellos, puramente
espirituales, donde aquello que está, viene fuera con metodologías invisibles y
secretas, he aquí que los hijos de los Iniciados resurgen, reconocen la
simiente de su origen y siguen el sendero de ésta.
Entre estos están los hijos de la
tribu de Juan que saben por qué sienten y que difícilmente pueden explicarlo.
Todo ésto se cumple en un marasmo
como jamás ha habido sobre este planeta, hoy que la filosofía y la ética
científica son artes fundamentales para las redes del disuasor, del engañador
que atrae y desbarata.
Es muy difícil, casi imposible. Pero
la humildad es la fuerza, así como la perseverancia y la pureza de ánimo.
QUIEN TENGA
OIDOS, ESCUHE
La renovación del mundo por el Espíritu de Juan.
De la tierra bendecida por Dios, “La Galilea de los Gentiles”, surgirá en
el triunfo de la justicia, el principal pilar que deberá sostener el edificio
en construcción del nuevo mundo.
Todo aquello que no soportará la suprema ley, brotada del nuevo pacto,
vendrá puesto bajo severo juicio y condenado a la segunda muerte.
Las milicias celestes ya están a la obra, iluminadas y sostenidas por la
potencia del Espíritu Santo. Los bienaventurados, cribados y probados, nacen y
crecen, fortificados en el espíritu, para ser dignos herederos del nuevo pueblo
de Dios y de Su Celeste Reino en la tierra.
El Espíritu de Juan, consolador y mensajero, ya ha
hablado sobre el pecado por no haber creído y sobre el fin del mundo.
Desatascad bien los oídos y abrid bien los ojos si queréis poneros a salvo. Ay
de vosotros, hijos ingratos y degenerados, porque en verdad os digo: “seréis
golpeados y exiliados del reino de la luz hasta que no dobleguéis vuestras
espaldas al supremo bien de la justicia, del amor y de la paz del verdadero y
único padre: DIOS”.
EL CONSOLADOR
MENSAJE SOLAR
“Soy Yo tu
raíz, la Suprema Inteligencia, la raíz de la Luz, tu Maestro.
Escúchame
con espiritual atención y medita:
La vía de
todos los senderos de los cielos soy Yo, que en la sublime esfera resplandezco.
Mi aspecto
no es natural, sin embargo Yo estoy en lo natural siendo Yo el sutil fuego que
penetra en cada cosa.
El día de
Mi gloria es un día de dolor para la Tierra, porque los Angeles se distanciáran
de sus cabezales para dirigir la mirada hacia la Luz de su Principio.
Ay de
aquellos que queden agarrados a sus mamás y ay de aquellos que se escondan bajo
su manto, si no tendrán el coraje de caminar por la vía que conduce al Padre,
porque nunca más verán los brazos misericordiosos del Padre y quedarán en el
sueño de la vida y de la muerte, del bien y del mal.
Vendrá el
día en el que los Arcángeles, los hijos mayores de Mi generación, vendrán sobre
la tierra en forma humana. Ellos surcarán el cielo y la tierra como meteoros y
esparcirán sobre los señalados Su devoción por el Padre.
Estos
vendrán como el rayo y no cogerán por la mano a los hombres, porque éstos
escaparán de los peligros, pero que hablarán con ellos como el hermano mayor
habla al hermano menor. Esto han hecho y harán.
Ahora
escucha, hijo; ¿encuentras conveniente que tu obra ponga el camino más veloz
hacia la obra de los hermanos mayores?”.
Y así, Eugenio, se
predispuso y tuvo el primer encuentro, sobre el Etna, con Asthar e Ithacar,
comandantes de la flota extraterrestre, iniciando una serie de actividades de
consejo y amonestación a la humanidad terrestre, 37 años antes del 2000.
LOS DOS
ASPECTOS DE MI DRAMA
El primer aspecto es el humano que no es diferente de la trágica
experiencia de aquel indio de la Amazonia que desconoce la existencia del
hombre blanco y de su tecnología, cuando en un claro de la selva ve aterrizar
un gran helicóptero y descender de él personajes con trajes y utensilios
extraños que lo invitan a coloquiar.
El indio, espantado, huye y cuenta al hechicero aquello que ha visto. El
hechicero, enfurecido, lo acusa de haber visto al espíritu maligno y los
componentes de la tribu lo evitan como un apestado por visiones maléficas.
El segundo aspecto todavía es más dramático: ¿cómo poder conciliar la
existencia, en esta dimensión salvaje y violenta, con la verdad que le es
manifestada después del contacto con los personajes del gran helicóptero?.
Otro personaje de nombre Ezequiel vivió el mismo drama, hace muchos siglos,
sobre el río Kebar. Los ocupantes de las ruedas con una multitud de ojos
alrededor no eran terrestres.
En el siglo XX, un indio de la civilización atómica llamado Eugenio
Siragusa es forzado, sin quererlo, a vivir la misma traumatizante experiencia,
que todavía dura después de muchos años de fascinantes, increíbles desventuras.
Él, a diferencia de los otros, expresa clarísimamente y con modernos
conocimientos científicos quien ha, realmente, encontrado, quienes son
realmente, de donde vienen y el por qué se han revelado en este tiempo y en
esta generación.
Cierto, los hechiceros lo acusan de diablerías, los superdotados de la
cultura suscitan espanto, incredulidad, aislándolo y persiguiéndolo moral y
físicamente. La mayoría lo evitan porque se dejan arrastrar por quien tiene el
interés de ocultar una realidad que podría provocar desbarajuste en los ocultos
asuntos de los poderes temporales y políticos.
Una verdad tan grande propondría a toda la humanidad una seria toma de
conciencia y una necesidad apremiante de cambiar radicalmente modos y sistemas
existenciales, con el peligro de comprometer los enormes intereses que hoy
prevalecen sobre la paz, sobre la justicia y sobre el amor de toda la
humanidad.
Dicen los Hermanos Superiores:
Nosotros, que conocemos y tutelamos la voluntad del Padre Creador, en
verdad, somos mensajeros y escrupulosos operadores de la Ley que gobierna el
espíritu creativo manifestado.
Nosotros, que tenemos el consentimiento de Aquel que bendice y exhorta Su
obra sobre la tierra, nosotros, que conocemos Sus orígenes, te decimos:
“Escucha, escucha porque es verdad que en ti se ha desatado el vínculo del
silencio y que ha llegado la hora que en un tiempo había sido designada y que
aún debía venir. Nosotros, tales cosas te decimos para que sea hecha la
Voluntad de Aquel que está siempre, eternamente, en gloria en los Cielos.
En verdad, la felicidad del alma existe y la beatitud del espíritu es pura
verdad.
Si a estos bienes se anteponen los principios básicos sobre los que estas
riquezas del alma y del espíritu, revistiéndose de serenidad, justicia y
verdad, traen linfa de amor y sabia vitalidad, su laboriosidad se vuelve noble
y progresivamente constructiva en la realización de la completa felicidad
interior del hombre.
Si a estos bienes se anteponen principios opuestos, la laboriosidad será
regresiva y, progresivamente, no constructiva.
Es, por consiguiente, verdad que los sufrimientos quieren ser como los
extremos remedios a los extremos males.
Si en éste vuestro mundo, se predicasen, y se realizasen aquellos
principios básicos aptos a alzar las virtudes del alma y del espíritu en
serenidad, justicia y verdad, muchos sufrimientos caerían por sí solos creando,
de tal modo, la base ideal para una espléndida esperanza de amor y de paz
celeste en vuestros corazones. Pero todavía, os obstináis en no arrepentiros,
comportándoos de forma bastante opuesta de cómo deberíais competir en la obra
de la vida y de la organización de ésta.
A menudo, casi siempre, vais contra corriente aún sabiendo que no es cosa
justa y, casi siempre, vuestras realizaciones nacen del sufrimiento, de la
sangre, de las tribulaciones, de la muerte y de la destrucción de las persones
y de las cosas que más amáis.
Es verdad que toda cosa renace, pero: ¿por qué de ese modo con tanta
inaudita violencia destructiva?. ¿Por qué aceptar este método y no el otro
mejor en el que la serenidad, la justicia y la verdad alzarían cada cosa
glorificando vuestra obra en el Supremo Bien con el amor y la paz de vuestros
corazones?. ¿No es, quizás, mejor progresar con el estímulo del bien antes que
con aquello que se opone al bien?. ¿Competir, en la obra de la vida, con
serenidad, justicia y verdad, mejor que aceptar la imposición del látigo
doloroso de la ira, de la injusticia y del sufrimiento?. ¡Cómo sería mejor y
cuerdo para vosotros y para vuestras almas, un despertar vuestro en el sentido
querido por la Ley Celeste!.
¡Cuántos males podríais evitar y cuantas alegrías podríais realizar!.
Quisiéramos, en verdad, que comprendieseis el profundo
significado de nuestra exhortación, la utilidad de nuestra obra, que es obra y
voluntad del Padre Creativo para vosotros, Sus hijos de este mundo.
Nosotros y Aquel que está en el Cielo y que es Padre dilecto de todas las
cosas, hemos hecho y hacemos esto en el planeta, en este vuestro tiempo, para
que podáis completar vuestro despertar, anclados sobre bases ya superadas por
el crecimiento dimensional de vuestra conciencia y por vuestras reminiscencias
originarias.
Y ahora escucha, hermano, escucha puesto que han
llegado el día y la hora de la revelación, ya que es verdad que esto debía
realizarse. Ahora tu boca es libre de hablar porque, en verdad, aquello que fue
atado ahora se desata para la gloria eterna del Señor. Sobre vuestro mundo la
justicia y la verdad no tienen todavía reino por culpa de los hombres pícaros y
maliciosos.
El no haber querido comprender, ahora que habéis crecido, las enseñanzas
que os han sido transmitidas por aquellos que eran grandes, en medio de los
niños, ha dado a los malvados de corazón el motivo propicio al malicioso engaño
para el arte del espíritu y para la obra de la vida.
Todavía, sobre este mundo vuestro, suceden cosas ignominiosas e increíbles.
Sucede que vosotros rogáis al Señor de la Creación para que vuestras
desventuras vengan aliviadas y al mismo tiempo odiáis a vuestro prójimo;
matáis, destruís, hacéis padecer hambre a quien ya tiene hambre y no apagáis la
sed a quien la tiene de justicia y de verdad; vais contra vuestro semejante con
salvaje egoísmo, aún sabiendo que vuestro semejante, en verdad, es hermano
vuestro.
Sabed que el Señor de la Creación, que vosotros llamáis Dios, es para los
justos y los pacíficos, para los simples y puros de corazón y para aquellos que
se arrepienten en tiempo útil de perseguir el bien a través del mal.
Nosotros, Mensajeros del Celeste Reino y Él mismo que está en toda cosa
creada, conocemos y tenemos ante nosotros todo el tiempo y todos los móviles de
vuestra existencia sobre este mundo desde los orígenes, desde aquel día que os
rebelasteis para no ser hijos del Reino del Padre, por haberLe devuelto,
todavía, desobediencia a cambio del amor y del eterno Bien que Él prodigó con
gloria, amor y justicia eterna.
Nosotros, Mensajeros del Cielo, del Reino de Aquel que Es y será siempre en
los siglos de los siglos, no ignoramos las vicisitudes que han empujado a
vuestros primeros padres al primitivo estado de barbarie, a la pérdida de la
inmortalidad y al consecuente amodorramiento de los valores espirituales
originarios.
Nosotros, Mensajeros del Cielo, tutores fieles de la voluntad del Padre
eterno, desde tiempos remotísimos siempre nos hemos prodigado para mitigar
vuestros sufrimientos, provocando simbólicos acontecimientos que, aún velados y
dogmáticos, han valido para provocar una reminiscencia de notable alcance
espiritual, moral y psicológico.
No creemos oportuno numeraros aquellos que desde tiempo remoto servían
vuestros primeros padres, pero consideramos tiempo justo y oportuno para
revelaros el gran evento que dista poco de la actual generación. Tal
revelación, destinada a asumir los aspectos reales de los acontecimientos del
pasado, deberá servir a la nueva dimensionalidad de vuestro crecimiento de
conciencia en el dualismo evidente.
Es verdad que parecería bastante contraproducente una inmediata
redimensionalidad de los conceptos todavía radicados en el conjunto general de
vuestra obra en la vida, pero también es verdad que aquello debía acontecer con
el fin de desatar vuestros conceptos y ponerlos sobre un plano de nueva racionalidad.
En un tiempo fue dicho y escrito que hubo un hombre de
nombre Juan que tuvo la orden de engullir un rollo de verdad que bien conoció
por haber sido testigo ocular. Le fue dicho que tal verdad no debía ser
revelada hasta el día del tiempo deseado.
Ahora bien, el día ha llegado y la hora sonará para que tal revelación
fuese hecha. Él, en verdad, vió aquello que a ningún mortal jamás le fue
concedido ver. Él vió y concibió la verdad de la obra más grande y más
verdadera que vuestra historia contó:
“La Obra de Jesu-Cristo”.
Oíd y destapad bien los oídos porque es verdad que
quien os revela tanta verdad es el mismo, aquel que por voluntad del Padre tuvo
el privilegio de ver con sus propios ojos la Obra del Cielo para los Hijos de
la Tierra.
Él vió y todavía conserva el pleno conocimiento de aquello que le había
sido legado por Suprema Voluntad.
Oid, oid hijos de la tierra, porque es verdad que esto debía también
acontecer y, en verdad, el tiempo es éste que me concede romper el sello del
silencio.
En verdad yo os digo: ¿podía hablar entonces así como hoy os hablo?. ¿y los
otros, como yo, podían decir aquello que no debían decir?.
El diseño de la obra celeste era aquel, y cada cosa debía realizarse según
los principios, en éste, marcados.
En verdad nadie sabía quienes éramos nosotros, en realidad, y nadie supo
nunca de donde llegaban la potencia y la gracia de nuestras virtudes
operativas.
¿Supieron alguna vez quiénes eran, en realidad, Elías, Job, Jacob, Moisés,
de dónde sacaban su poder?
En verdad, nadie supo nunca quien hablaba y quien obraba en ellos.
¿Quién podía decirle a ellos “parvulitos” como eran en el espíritu y en la
mente?. ¿Cuál, en verdad, era la fuente, la Matriz de todas las obras
destinadas a glorificar la obra del Padre?. ¿Quién supo jamás tal verdad?
Sólo a algunos les fue concedido imaginar, si bien veladamente, que los
Dioses venían de lejanas Riveras del Cielo para explorar arte y obra divina.
Muchos terrestres de entonces nos imaginaban de modos bastante diferentes,
formando en sus mentes diversísimas personalidades que, todavía hoy, viven como
mitológicas leyendas.
Entonces sabíamos que no podíamos hacer de otro modo de como nos era
concedido. Cada acto, cada acontecimiento estaba ligado aún, predispuesto,
diseño operativo. Muchas veces las figuras imaginadas se animaban y muchas
veces las imágenes atendían las gracias pedidas.
Los Angeles, los Dioses y todos los otros en quienes las comunidades
creían, vivieron como ellos, con sus tribulaciones con la única esperanza de
edificar los presupuestos ideales para un lento pero seguro despertar
evolutivo.
A menudo la ira fue necesaria, tanto como fue necesaria la bondad y la
misericordia.
Muchos fueron obligados a primar en bien a través de las experiencias de
los valores opuestos del bien; algunos superaban en el bien relativo, pero
progresivo, su evolución y facilmente alcanzaban el bien absoluto. Estos, en
realidad, fueron pocos pero suficientes para irradiar, en las varias
comunidades, los efectos mejores para una más sólida predisposición al bien
operar en la vida.
Hubo criaturas terrestres que supieron animar en sentido ascendente a
numerosísimas comunidades y, a éstos, no les fueron escatimados los poderes y
las virtudes para que se volviesen, cada vez, más fuertes en la obra emprendida.
Moisés y tantos otros como él tuvieron grandes privilegios y plena
consideración. Otros, aún desarrollando obras opuestas fueron privilegiados con
bienes terrenos con el fin de dar a la multitud de las varias comunidades el
motivo opuesto, pero igualmente útil para estimular, en las mismas comunidades,
la devoción y la adhesión a aquella parte que se manifestaba cada más
conveniente a sus innatos instintos originarios.
Y he aquí, en realidad, la lucha del bien contra el mal. Los Dioses buenos
y los Dioses malos.
Los Ángeles y los demonios. Los Espíritus propiciadores y los espíritus
maléficos y adversos.
En principio, el diseño de la obra celeste, se desarrolló con numerosísimas
alternativas a través de nuestra obra ejecutiva y a la dirección (para referirnos
a un arte de vuestro tiempo) de las escenas y de los acontecimientos destinados
a completar el drama de vuestra existencia terrena.
Nosotros éramos los directores y vosotros los actores, propiciados
desesperadamente a asumir la parte, a probar y volver a probar con el fin de
alcanzar la idoneidad para luego competir en el gran teatro del Universo al
lado de Aquel que es el Eterno Espectador y juez de las obras eternas.
Y he aquí, en verdad, la revelación de los últimos acontecimientos, en la
cual se manifestó la potencia del Cielo sobre la tierra, para infundir en el
corazón de los terrestres la Santa Ley de Aquel que os ama y que espera en
vuestro juicio sabio y justo, con el fin de concederos el gran perdón y la
gloria de los Cielos.
Por consiguiente, sonó la hora para que se realizase la edificación del
gran diseño.
Algunos terrestres simples de corazón y pobres de saber fueron eruditos y
fortificados en la mente, en el cuerpo y en el espíritu para que se realizase
en ellos la personalidad idónea a desarrollar la obra para la cual habían sido
elegidos.
Pedro, Pablo, Lucas, Mateo , Juan y todos los otros fueron puestos sobre un
Plano de Conciencia tal de poder competir con extremo conocimiento. Mientras
tanto, a través de nuestro magnífico y celestial saber, provocamos aquellos
actos y aquellos acontecimientos que sirvieron para edificar y magnificar la
concepción del Ser que, manifestándose, debía asumir el concepto-base de un
acontecimiento renovador y la síntesis manifestada de los actos preparatorios
que se desarrollaron al principio de la obra.
Él nació, así como era ya destinado a nacer porque, en verdad, cada cosa
estaba, a priori, predispuesta en el sentido en el cual luego se debía
verificar.
Una estrella (si todavía como tal debe ser creída) se movió en el cielo
dejando detrás de sí una gran cola luminiscente.
Esta debía ser la señal y esto aconteció.
¿Quién era aquel Ser tan completo en el cuerpo, en la mente y en el
Espíritu?
¿De dónde vino, en realidad Su Semen y cómo acaeció la edificación de Su
Cuerpo en el vientre de la Madre María, sin la intervención de su legítimo
Esposo?
¿Quién, en verdad, jamás ha pensado que todo esto aconteció por obra
nuestra con la asistencia amorosa de Aquel que nos gobierna y nos guía?
¡Nadie, fuera de Aquel que ha sido predestinado a aceptar tal revelación,
podía jamás saberlo!
Juan sabía como nosotros edificábamos el
acontecimiento y también conocía la naturaleza de nuestros conocimientos
profundos en los campos físico e hiperfísico, porque Él estuvo presente, vió,
observó y dedujo cada cosa, que, en verdad, se verificó.
Los otros, que fueron operadores y apóstoles del
complejo edificio de la obra, nunca supieron aquello que Él supo, por especial
concesión. Él vió porque debía ver, sobre todo debía imprimir en la conciencia
el conocimiento de aquello que, en realidad, vió para luego callar hasta el día
marcado y deseado en el tiempo.
Los otros principales operadores, Pedro, Lucas, Pablo
y otros más, venerados ejecutores de la superior voluntad, aún conociendo que en
ellos actuaba una fuerza superior que les permitía una actividad super-normal,
aún siendo conscientes de que sus hechos eran efectos que brotaban de una
fuerza independiente de su voluntad, no supieron nunca ni la verdadera
naturaleza, ni la verdadera procedencia de tal fuerza. Ellos, en verdad,
conservaron siempre los conceptos dogmáticos de los acontecimientos hasta el
día de su permanencia sobre este mundo.
Así no era Jesus, Él era plenamente consciente de Su
verdadera personalidad originaria.
Él sabía todo de sí después de su trigésimo tercer
cumpleaños. Él no supo antes quién realmente era, pero dentro de sí se
encerraba, desde joven, esta absoluta certeza.
El cuerpo físico de Jesús no pertenecía a la tierra,
ni estaba marcado por la ley dualista de la dimensión que rige los destinos de
los seres terrestres.
Él nunca habló del Padre terreno porque no era el
semen de su semen, ni era la figura desdoblada de Su Unidad. Él sabía que Su
Padre no estaba sobre la tierra y de esto tenía la absoluta certeza.
Jesús, creciendo, conservó totalmente sus cualidades
originarias en el cuerpo, en la mente y en el Espiritu.
Él no podía, de ningún modo mutar, ni podía existir
sobre la tierra fuerzas predispuestas e idóneas a hacerlo.
Sus cualidades físicas, psíquicas, intelectivas,
morales, sociales y todo cuando era innato y en potencia en Él, no pertenecían
a la dimensionalidad terrestre, así como las de Elías, Moises y tantos otros,
que aún, habían venido sobre la tierra del mismo modo en el cual vino Jesús.
En verdad, de estos acontecimientos vuestra historia
está llena.
En todos los tiempos han habido Criaturas que, como
Jesús, realizaron cometidos bastante penosos y plenos de notables efectos
evolutivos.
Nosotros bien conservamos todo, desde el principio de
vuestros dias, bastante cercanos a la obra nueva que ya está en este tiempo.
Cuando Jesús y todos los otros estaban ocupados de
lleno en su laboriosidad, nosotros estábamos en multitud sobre la tierra, para
instruir cada cosa según el diseño predispuesto.
El diseño tuvo cumplimiento con la Crucifixión de
Jesús.
Pero, en verdad, Jesús no estaba muerto, a pesar de
que parecía estarlo.
Él cayó en un letargo provocado y no era posible que
sobreviniera la muerte, justamente porque Su cuerpo ya había sido puesto sobre
un plano dimensional que Le consentía sobrevivir en cualquier circunstancia y
bajo cualquier sufrimiento físico.
Él poseía ya la Conciencia y el conocimiento de Su
personalidad, antes de ser crucificado y después de haber sido puesto en la
tumba Su vitalidad estaba ausente y la funcionalidad de Sus órganos
temporalmente parada.
Él estuvo siempre vivo, más vivo de cuanto se pudiera
creer.
Cuando sobrevino Su despertar del letargo en el que
había sido puesto, Él se volvió plenamente consciente de Su verdadera dimensionalidad
y de Su real personalidad, sirviéndose del arte y de las experiencias
ya en potencia en Él y, por consiguiente, manifestadas.
El diseño, desde hace tiempo predispuesto, se había
cumplido en su parte principal. La Conciencia Superior "Cristo" había
realizado Su obra plenamente.
Todos nosotros, en verdad, estábamos felices porque
con tal acontecimiento habíamos edificado los presupuestos ideales sobre los
que poner un sólido plano de desarrollo evolutivo para aquellas cualidades
características que debían manifestarse, progresivamente, entre las comunidades
de los hombres de la tierra.
Es verdad, pués, que Jesús animado por la Conciencia
Crística y guiado y sostenido por nuestra continua obra, sufrió en vuestra
dimensión y sobre vuestros planos para enseñaros aquello que todavía no habéis podido conocer, pero que debíais saber.
En verdad, los efectos de tal obra fueron edificantes
y si la real causa nunca ha sido conocida en su verdadera realidad, fue porque
la obra debía continuar en vosotros así concebida y hasta el día del tiempo
considerado oportuno.
Aquel que tuvo el nombre de Juan y que, en verdad, fué
el más próximo a Aquél que edificó y magnificó nuestra gran obra, tuvo más que
los otros, pleno conocimiento.
Él, en una gran isla desierta, concibió, por haber
visto y oído, la realidad de la más grande verdad de vuestra historia más
cercana.
Es Él el mismo quién por haber llegado el tiempo
desató en sí aquello que antes estaba atado. Él es el Renacido y es al mismo
tiempo el Uno y el Otro en una misma cosa porque, en verdad, así había sido
predispuesto, dicho y escrito en el tiempo en que se debía realizar.
Ahora que el día y la hora han llegado, Él ha dicho
aquello que debía decir a los hombres de esta generación.
El nuevo diseño tuvo su inicio y, en verdad, Él está
nuevamente sobre la tierra para acoger a Aquél que ya ha dicho retornaría en
forma de hombre y con la Ley de la Justicia Celeste. En verdad os
decimos:"El tiempo es este".
REVELACIONES
Considérate pleno de privilegios y alegra el corazón y
el alma tuya porque es verdad que tu vida sobre este planeta no está ligada a
expiación ni es presa de privilegios materiales.
Nosotros decimos:
Has renacido por superior voluntad y, aún poseyendo
las características de la dimensión dualista, tu conciencia no pertenece a la
tierra. Muchos hombres, a lo largo del tiempo, han renacido como tú y como tú
han desarrollado grandiosas obras de fascinación divina.
Ahora, como en el tiempo pasado, los terrestres
sienten espanto y perplejidad por las cosas que están obligados a ver y a oir.
Comprender tu lenguaje es bastante difícil para ellos, todavía ligados a los
planos de la conciencia terrena.
Es verdad que aquel que ha vivido siempre en un
ambiente y en un cierto momento es obligado a entrar en otro, difícilmente se
podrá dar, inmediatamente, cuenta de aquello que lo rodea. Pero aquel que ha
vivido en diversos ambientes, más fácilmente podrá darse cuenta de aquello que
se presenta diferentemente ante su inteligencia.
Ahora es bueno decir: aquellos que han vivido siempre
sobre el mismo plano dimensional conocen lo verdadero que se manifiesta sobre
este plano o a éste lígan los conceptos absorbidos y dimensionados con los
efectos que esta dimensión manifiesta.
En verdad, cada plano dimensional brota de una causa
que está en el origen. Los terrestres, conociendo sólo los efectos
dimensionados e idóneos al plano manifestado, edifican sus conceptos
poniéndolos sobre este plano.
En verdad, a ellos se les escapa la causa, el
principio que dimensiona todas las manifestaciones destinadas a ser
redimensionadas a su vez. Ellos quizás no saben y es oportuno que sepan, que la
redimensionalidad de las cosas manifestadas está indisolublemente ligada a los
diferentes planos evolutivos de la conciencia.
El ser de ayer no es el ser de hoy, ni su conciencia
es siempre la misma.
Cada cosa que hace parte de su reino está destinada a
asumir, también ella, un plano mejor respeto al plano que está obligada a
dejar. Todo tiende hacia el origen y todo, comprendido el hombre, está destinado
a edificar los presupuestos necesarios para redimensionar los conceptos que no
pueden coexistir, más, con la conciencia crecida.
He aquí, porque, querido hermano, el cometido a ti
confiado es bastante arduo y pleno de luchas.
Pero bien
sabemos lo que tú posees y por esto estamos alegres de decirte todavía:
Muchos acontecimientos surgirán en este tiempo y
muchos se arrepentirán porque meditarán sobre aquello que sus ojos verán y sus
oídos oirán. En tal obra serás aliviado por la potencia del cielo.
METODOLOGÍA DE LOS HERMANOS SUPERIORES
¿Por qué ha sido destruida la civilización atlantídea?
¿Por qué ha sido sometida a dura prueba la
civilización egipcia?
¿Por qué han sido destruidas Sodoma y Gomorra?
¿Y por qué podría desaparecer esta generación?
Tienen respuestas precisas todos los acontecimientos,
todos los hechos que en estos últimos siglos se han verificado pero que los
hombres no han querido comprender.
Tienen respuestas precisas las presencias, sobre el
planeta tierra, de seres provenientes del exterior con cometidos ejecutivos
bien precisos.
He dicho “ejecutivos” y no “directivos”. También entre
los hombres de este planeta hay “los ejecutivos” del Genio Creador Cósmico.
Los Directivos, aquellos que presiden la eterna e
inmutable Ley del espíritu omnicreante son otra cosa y no tienen una dimensión
física: son multidimensionales y patrones incontrastables de la Idea
omnicreante.
Han sido Estos los que ordenaron que la bestia se
volviese hombre y son Estos quienes podrían ordenar que el hombre degenerado,
débil y cobarde, sanguinario y violento, retorne a sus orígenes de “Bestia”.
La revelación
extraterrestre en el discurso actual está corroborada por simbólicos
acontecimientos capaces de ligar el pasado al presente y el presente al futuro.
Ahora es tiempo de que te digamos:
Aquellos que están más cercanos a los conocimientos
que hemos concedido y que continuaremos a conceder con tanto fraterno amor,
deben absolutamente comprender los actos que, necesariamente, estamos obligados
a manifestar. Aquello que les sucederá y alrededor de ellos es debido,
principalmente, a un método extremadamente secreto apto a estimular una activa
y consciente acción en la confrontación de los instintos interiores atávicos,
con el fin de impedir la intervención y, por consiguiente, el desarrollo de un
impulso psicológicamente deletéreo y contraproducente al estado preparatorio de
desarrollo de los órganos de P.E.S. bajo nuestro control.
Es verdad que la maduración de los acontecimientos
simbólicamente demostrativos quiere, claramente, dirigir los órganos en
desarrollo hacia un plano dimensional psico-intuitivo y orientativo al mismo
tiempo.
Si una rosa roja se vuelve blanca, no debe expresar un
hecho fenoménico, sino debe, más bien, concederos un motivo para comprender,
intuitivamente, un hecho expresado simbólicamente.
Otros acontecimientos expresados simbólicamente, de
tantos diversos modos, quieren significaros datos de atracción ligados al
tiempo y a los acontecimientos inmediatamente próximos a manifestarse.
Nuestra tutela puede pareceros bastante extraña por la
forma en que es realizada, pero todavía debéis esperar para daros cuenta de
ésto.
Podemos deciros que todas las circunstancias causantes
de un acto genérico vuestro están subordinadas a un espejo de previsiones que
miran a los efectos que la forma del acto está obligada a determinar.
Cuando estos efectos resultan contraproducentes, las
circunstancias cambian la dirección del movimiento evitando, de tal modo, los
efectos no deseados.
Los “Genios Cósmicos” se desplazan de Sus divinas
moradas para visitaros.
No estáis en condiciones de captar Sus atenciones,
especialmente en este tiempo de cambios radicales del planeta que habitáis, de
cambios consistentes de vuestra naturaleza psico-física-espiritual, de
perturbaciones genéticas y de animaciones locas y destructivas.
HOARA EXPLICA
Nuestra metodología selectiva está compuesta por
complejos sondeos y escrupulosas verificaciones.
Nuestros operadores, los primeros y los otros que se
predisponen a seguir el discurso que llevan, son constantemente vigilados.
Los sujetos predispuestos a captar los valores de las
medias frecuencias deben demostrar, prácticamente, querer asimilar,
concienzudamente, los altos conceptos morales, sociales y espirituales que las
medias frecuencias comportan para poderse desvincular de las bajas frecuencias
tridimensionales.
Nuestra ciencia astral nos permite tener,
constantemente, la imagen dinámica, psíquica y física de los sujetos elegidos o
predispuestos al contacto con las superiores frecuencias cuadrimensionales, a
las que nosotros pertenecemos, ya que también los cuerpos-pensamiento son
captables por nosotros. Esto nos permite poder evidenciar en cualquier momento
potenciales comportamientos, todavía antes de que estos vengan expresados.
Con esta escrupulosa, continua y atenta verificación,
podemos prevenir cuanto puede perjudicar a los sujetos que retienen nuestro
específico, particular interés y que concierne a la genética G.N.A. Está claro
que si el sujeto se predispone voluntariamente a dejarse arrastrar por los
valores degenerativos que proponen las bajas frecuencias, quedando pasivo a
nuestras solicitaciones para restablecer el indispensable equilibrio
psico-físico-espiritual que las medias frecuencias exigen, automáticamente, por
los inevitables efectos, se auto-aisla volviendo a entrar en su común destino.
A nosotros, como muchas veces hemos dicho, nos
interesa la calidad más que la cantidad, he ahí el porque estamos,
escrupulosamente vigilantes y atentos.
Nuestras verificaciones no son indoloras ni privadas
de pruebas capaces de darnos la certeza de la idoneidad del sujeto y de su
completa toma de conciencia sobre la verdad que llevamos.
Vuestro planeta está proyectado hacia una superior
dimensión y nuestro específico cometido es el preparar al hombre nuevo, con
todos los atributos evolutivos que éste debe, necesariamente, realizar:
“Justicia, Paz, Amor y Fraternidad Universal”.
INSTRUMENTOS DE CONTROL
Los “Frisbee o Sincronizadores” como vosotros los
llamáis, son instrumentos portadores de un micro-cerebro con facultades
geniales y poderes, para vosotros, inconcebibles.
Este pequeño, prodigioso medio, sustituye globalmente
todas las actividades de un cerebro con frecuencias superiores a las poseídas
por una evolucionada masa cerebral. Este tiene amplias facultades de cribar,
escrupulosamente, todas las estructuras interiores y exteriores de seres
vivientes y de todo tipo de objetos constituidos de materia orgánica e
inorgánica y de sondar, con absoluta precisión, todos los dinamismos que el
sujeto, o el objeto, desarrolla y expresa en determinadas circunstancias.
Tenemos dos tipos: del primero os hemos dado breves
datos sobre su operatividad.
El segundo, reviste específicas funciones de conexión
y de programación con nuestros operadores-ayudantes que viven en medio de
vosotros. Este segundo medio se podría definir: “programador”.
Los dos poseen la capacidad de penetrar espesor y
dureza de cualquier tipo de materia, sin, por eso, descomponerla en su original
estructura y forma.
¿QUIÉNES SON LOS DIRECTIVOS O SERES DE LUZ?
“Somos Astrales”. Provenimos de una dimensión
completamente diferente de aquella en la que vosotros, terrestres, desarrolláis
las experiencias existenciales y evolutivas de vuestra real identidad eterna.
Nuestras facultades intelectivas son para vosotros
inconcebibles y nuestros habitáculos no están estructurados por valores
materiales, aún si está en nuestras facultades materializar cuanto está en la
idea.
Podemos volvernos visibles a vuestras facultades
visuales sólo cuando lo consideramos necesario. También podemos estar
disponibles al contacto extrasensorial o físico cuando lo consideramos oportuno
y con personas que están en posesión de determinadas facultades
psico-físico-espirituales que podemos fácilmente sondear en cada circunstancia.
La materialización de la idea, de la forma y, finalmente, de la sustancia
visible, palpable, animado e inteligente es el arte más avanzado de nuestra
ciencia astral. La luz, como ya os hemos dicho, la manipulamos así como
vosotros manipulais la arcilla y siendo ésta el artífice primario del átomo
creante nos permite coordinar todo tipo de estructura física y dinámica.
Vuestro grave error es el de continuar creyendo que la
inteligencia deba, necesariamente, servirse de un habitáculo único: ¡el
vuestro!. Es un vacío de conocimiento que debéis colmar y nosotros estamos
propensos a ayudaros para que este vacío venga colmado.
En vuestra galaxia existen miles de millones de globos
habitados y no necesariamente con estructuras físicas como la que vosotros
poseéis. También es verdad que antes de que la galaxia se expandiese y ocupase
espacio, seres inteligentes existían ya, miles de millones de años antes del
nacimiento de vuestro sistema solar: “Antes de que vosotros fueseis, nosotros
ya éramos”. Alrededor de vuestro sistema solar, todavía antes de que vuestro
Sol (Júpiter) se volviese agujero negro, un mundo artificial había sido puesto
en órbita y todavía hoy está activo y en servicio.
Tenemos cometidos bien específicos en el ordenamiento
universal y en la evolución de las especies que colaboran en el devenir
continuo de todo lo creado y en las varias dimensiones con frecuencias y formas
diversas.
Estamos donde nuestra presencia y nuestra obra son
necesarias.
OS RECORDAMOS:
Nuestras actividades manifestativas y sensibilizadoras
no tienen el fin de volveros cerebralmente emotivos de entusiasmos y de
racionales convicciones sobre nuestra real presencia en vuestra dimensión, sino
principalmente para desarrollar y ampliar los conceptos que alimentan los
valores eternos de la fraternidad universal y las virtudes espirituales,
morales, sociales y científicas que sostienen el continuo proceso evolutivo de
lo edificado divino creante y de todos los componentes que, en las diversas
dimensiones materiales, astrales y espirituales, colaboran armónicamente en el
infinito edificio macro‑cósmico.
Os recordamos: nuestra misión sobre vuestro planeta
apunta, principalmente, a estimular superiores capacidades
psico-físico-espirituales superiores y predisponer a todos aquellos que
demuestran buena voluntad para asimilar y practicar algunas válidas
coordinaciones, aptas a instruir y desarrollar un lazo sintónico con las
dimensiones superiores y con las leyes superiores que gobiernan la fuerza
Creadora en todas sus manifestaciones.
No estamos sobre la tierra para edificar espectáculos
teatrales ni para exhibir las capacidades de nuestra alta ciencia física,
astral y espiritual. Creáis o no, esto no nos impedirá llevar a termino nuestra
misión y provocar el cambio necesario de los actuales valores cosmodinámicos
que afectan negativamente vuestro planeta y, en consecuencia, vuestro sistema
solar.
El potencial negativo que se ha acumulado a través de
vuestras nefastas y delictuosas obras, ha provocado distonías seriamente peligrosas
en la estabilidad del proceso evolutivo de los dinamismos equilibrantes de los
Zigos. Es inútil repetir que esta insensiblidad vuestra os procurará las
inevitables desgracias que están en vía de desarrollo sobre un plano
extremadamente hipercaótico.
También es verdad que es nuestro preciso deber
preservar y tutelar a todos aquellos que, despertados y conscientes de los
valores superiores de la universal fraternidad y de las leyes que la gobiernan,
no desean ser contagiados por el pernicioso morbo de la involución que las
vibraciones negativas proponen.
DILECTO
HIJO, SOY YO, EL GENIO CÓSMICO,
AQUEL
QUE TÚ OYES Y NO VES.
Escucha, escucha con plena
serenidad de espíritu, porque tal serenidad es fuerza propiciadora para la
escucha del Verbo, de Aquel que tú piensas y no ves.
No entristezcas el corazón
tuyo, no pene el alma tuya, no vuelvas melancólico el espíritu tuyo, puesto que
es verdad si Yo digo que estoy en tí, en espíritu, verdad y amor.
Hijo de Mi eterna
Luz:"Si llamas al cordero y éste está sordo a tu llamada, vuélvelo a
llamar todavía tres veces y luego calla".
En Verdad te digo: "Si
él es adulto y espiritualmente sano entrará en el recinto en donde abunda el
pasto sano; si él no es adulto, ni espiritualmente sano, él no escuchará tu
llamada, ni entrará en el recinto, ni se podrá alimentar de pasto sano".
Sé sagaz y arrepentido, ya
que ésto que quiero decirte es comprensible para tí y para aquellos que de ti
aprenderán verdad y sabiduría celestes.
No te apenes, hijo del
cielo y de la tierra, porque es verdad aquello que todavía querré decirte;
escucha y comprendeMe en serenamente.
Aquel que tiene sed de
Verdad, no se aleja de la verdadera fuente más bien queda saciando su sed hasta
que su espíritu no sea saciado y elevado en Justicia y Verdad.
En Verdad Yo digo:"Las
inmensas alegrías del Cielo son como alhajas recostadas en un fondo de
limpidísimas aguas".
Las limpísimas aguas
quieren ser semejantes a la clara quietud del espíritu humano purificado de los
turbios instintos y esclarecido por el amor más puro. El fondo es el alma, en
donde yace suavemente el esplendor de la eterna Luz manifestada, la vida de la
vida, la preciosidad de las Celestes Virtudes.
Estate seguro, hijo, no
todas las aguas son límpidas, ni todos los espíritus purificados.
El tesoro de Mi reino está
en todos Mis Hijos y está en todos ellos el amor de conocer el gran Bien que
les he donado.
No dar voz al cordero que
tiene miedo de tal Verdad, porque es cierto que él será golpeado el día
oportuno y aquél día, en Verdad, está cerca.
A
BORDO DE UNA ASTRONAVE
VIAJE
A LA LUNA NEGRA.
Eugenio en uno de
sus encuentros con Ellos, después de una llamada telepática, se encamina al
Valle de las Águilas del Etna, en donde lo espera una enorme astronave de 600
metros de longitud.
Lateralmente se
abre, como un arco, una entrada y desciende una escalerilla hasta el suelo,
sale un Extraterrestre con el cual Eugenio se había encontrado anteriormente y
le hace señal de subir. Observa que la astronave, vista de cerca, tiene
diferentes coloraciones. Entra en una sala con luces que varían del amarillo
azulado al verde esmeralda y percibe una sutil vibración.
En el interior le da
la bienvenida el comandante Woodok. Al partir Eugenio sólo advierte una ligera
presión. Lo hacen sentar en un sillón anatómico, aparentemente de cuero o
material plástico, hecho de forma que permita el reposo de la columna
vertebral, dejando libre el torax, con un apoya nuca en la parte superior. El
interior de la nave está dispuesto con espaciosos pasillos, desde los cuales se
accede a las habitaciones. Algunas son enormes laboratorios espaciales, otras
son cómodos dormitorios con camas anatómicas. Sólo puede visitar el
compartimento de análisis y el otro en donde se unifican los controles de
vuelo. En el primero hay enormes cuadros cartográficos, paneles luminosos que
muestran las lineas magnéticas de la tierra y del espacio, las imágenes de la
zona que se está sobrevolando. Muchos de estos paneles tienen enormes zooms que
permiten acercar y alejar las imágenes a voluntad.
En el compartimento
de los controles, un aparato llama, con gran interés, su atención: un televisor
cuadridimensional globular que recibe y proyecta imágenes, incluyendo la propia
astronave y su interior. Eugenio se ve proyectado en la pantalla de la
televisión como si fuese filmado desde otra astronave.
Desde su asiento
anatómico puede seguir el vuelo, las imágenes y los movimientos en TV. En pocos
segundos ve la Tierra como una pelota de fútbol.
El viaje se había
iniciado a las 20,30. Siete minutos después la astronave aterriza sobre la Luna
Negra. Es un satélite artificial que sigue una trayectoria continua entre la
Luna y Venus, con el objetivo de mantener a la Luna en su órbita evitando su
precipitación sobre la Tierra.
La Luna Negra, en su
interior, es una autentica ciudad suspendida.
Eugenio es conducido
a un gran salón en forma de herradura, brillante como recubierto de placas de
plata. A lo largo de las paredes hay una serie de nichos de cristal luminoso,
en donde sentados y en estado de desdoblamiento controlado, están los cuerpos
de numerosos seres.
Telepáticamente
pregunta que signifíca y quiénes son:
"Se trata de hermanos en misión sobre el planeta
tierra: para nosotros el desdoblamiento controlado es como para vosotros el
sueño. Pueden ir la sobre tierra y
volver.
Sobre la
tierra realizan este trabajo astral casi 6 millones de seres. Les es permitido
quedar hasta los 80 años, luego deben volver. La vida media de uno de nosotros
es de 1.200 años terrestres”.
Eugenio pide información sobre la Luna:
"No es aconsejable habitar sobre la superficie lunar porque el núcleo central ígneo cósmico está en continua contracción con pérdida de masa.
Los cráteres lunares no son debidos a la caída de meteoritos o impactos, sino al vacío que la perdida de masa causa con hundimientos imprevistos.
Además la superficie de la Luna está sometida a
temblores derivados de la influencia de los océanos terrestres. Los científicos
rusos intentaron develar estos secretos y algunos astronautas perdieron su vida
en esto.
A 400 metros bajo la superficie lunar, el hombre
terrestre puede encontrar los elementos necesarios para la sobrevivencia, hay
oxigeno, agua y presión.
Actualmente la ciencia terrestre no está capacitada
para conocer las particulares condiciones en que se encuentran los cuerpos
celestes y ni siquiera, el cambio radical que se
produce en el anillo magneto-esférico cuando se inicia la progresiva absorción
hasta el centro de toda la masa del cuerpo celeste, debida a la pérdida
progresiva de la masa del nucleo igneo cósmico.
Esta absorción, además de provocar la compenetración
de los elementos atmosféricos sobre el plano físico, también produce una
modificación sustancial de la fuerza de cohexión de la materia y una
consecuente contracción de toda la masa hacia el centro.
Nuestras bases espaciales instaladas, desde hace
milenios, sobre vuestro satélite se encuentran en la cara opuesta. Las zonas
que ofrecen mayor seguridad para un alunizage son aquellas que vosotros llamais
Mares".
Después de 2 horas y
20 minutos Eugenio retorna a la Tierra, habiendo recorrido 470.000 kilometros.
Un sistema de propulsión de los medios desplazamiento es la
ENERGIA VERTIGINOSA FLUCTUANTE
La energía vertiginosa fluctuante, para expresarla en
términos científicamente terrestres y admisibles por vuestro sentido
interpretativo, es una masa de energía magnética globular, generada en el
interior del medio y proyectada en la dirección deseada.
Tal energía, que es justamente el resultado de una
modificación parcial de los glóbulos solares aprisionados por el círculo
vertiginoso, vuelve al medio, por ésta sostenido, en una completa posición
antigravitacional y, por consiguiente, con ausencia de peso y de volumen.
En verdad, cuando el medio se mueve no es, de hecho,
empujado, más bien arrastado por la energía proyectada.
Para especificar mejor, decimos:
En el acto en que se proyecta la energía, el disco,
que está adherido al círculo, se proyecta automáticamente en la dirección y a
la distancia deseada.
CONTACTISMO
Es una empresa difícil sensibilizar, instruir,
comunicarse con la especie humana del planeta tierra, habituada como está a
poner al revés los valores existenciales y las leyes universales.
No es una empresa fácil el contacto, la comunicación,
privados de desconsideradas reacciones y también de violencias físicas y
psíquicas.
Los pueblos de la tierra han sido contaminados
seriamente, por conceptos ilógicos anteponiendo, con fines especulativos por
poder o por dominio, el valor negativo al positivo, el mal al bien, la guerra a
la paz y la injusticia a la justicia.
Los mismos gobernantes terrestres, animados de buena
voluntad para desarrollar bien su cometido, a menudo son obstaculizados por la
furia de lo irracional y de las determinaciones ilógicas.
Los hombres de la tierra están talmente viciados de
anomalías y de absurdas satisfacciones, de las cuales muchas letales, que se
sienten violentados cuando alguien les aconseja quitarse de encima el manto de
la muerte y de la miseria moral.
No es aceptable la verdad, aún si esta induce a una
existencia prospera, sana y feliz.
Son muchos aquellos que creen que la percepción
extra-sensorial sea un hecho que sólo interesa a esta generación vuestra. En
verdad, este poder perceptivo existe en el hombre de la tierra desde su venida
sobre este planeta.
En el gran pasado los pueblos de la tierra
comunicaban, por medio de este poder, con extrema facilidad. Luego, a través de
los milenios, este ejercicio fue lentamente abandonado.
Ahora vosotros os maravilláis porque todavía, no
habéis comprendido vuestra verdadera naturaleza primitiva. Sobre la tierra se
dicen un mundo de falsedades y, a menudo, es necesario mucho tiempo para que os
deis, efectivamente cuenta de una determinada verdad.
En vuestra vida actual hay curiosos contrastes.
Comprendemos que el índice de el desarrollo espiritual de los hombres de la tierra no es reconfortante y, por este motivo, nuestras operaciones encuentran enormes dificultades de diversa naturaleza.
Pero estando obligados a deber provocar aquellas causas necesarias para obtener los efectos útiles a la completa solución de determinados desarrollos vibratorios y de vuestra psique, estamos obligados, a pesar nuestro, por vuestro bienestar futuro, a forzaros, sin vuestro personal querer, a sufrir la intervención de algunos poderes para vosotros desconocidos, no letales a vuestra salud, pero suficientemente idóneos al fin de provocar aquellas determinadas características, extremadamente indispensables para alcanzar una meta, mantenida celosamente secreta.
Comprendemos que el índice de el desarrollo espiritual de los hombres de la tierra no es reconfortante y, por este motivo, nuestras operaciones encuentran enormes dificultades de diversa naturaleza.
Pero estando obligados a deber provocar aquellas causas necesarias para obtener los efectos útiles a la completa solución de determinados desarrollos vibratorios y de vuestra psique, estamos obligados, a pesar nuestro, por vuestro bienestar futuro, a forzaros, sin vuestro personal querer, a sufrir la intervención de algunos poderes para vosotros desconocidos, no letales a vuestra salud, pero suficientemente idóneos al fin de provocar aquellas determinadas características, extremadamente indispensables para alcanzar una meta, mantenida celosamente secreta.
No creáis ser los únicos a deber sufrir tal método.
En otras circunstancias semejantes, en otros planetas,
hemos debido adoptar el mismo método. Lamentamos, solamente, el exiguo número
de terrestres idóneos a tal sondeo.
Es útil que conozcáis, también, que hay hombres,
nacidos y crecidos sobre la tierra que poseen la rarísima capacidad de entrar
en contacto mental con Criaturas de Inteligencia Cristica.
En diferentes mundos del nuestro y de otros sistemas
solares existen los llamados Conductores, Criaturas de Divina Inteligencia y de
Cósmica Conciencia. Estos poseen capacidades excepcionales.
Conocen a la perfección aquella fuerza por la que cada
cosa, comprendidas las criaturas vivientes, asume una determinada posición
respeto a la línea evolutiva y energética de tal fuerza, cuya Inteligencia es
de naturaleza Cósmica y que, también, nosotros llamamos: PADRE CREADOR.
Sus mundos están mucho más cercanos a los núcleos
centrales de los Universos y su naturaleza está subordinada a las Leyes que
gobiernan la Conciencia y la Inteligencia Cósmica. Además poseen otra enorme
capacidad, no transmisible a otros que no hayan alcanzado aquella evolución
indispensable para poderla poseer. Se trata de la capacidad de deshacer o de
recomponer sus cuerpos a su gusto. Finalmente, pueden, en una dimensión que
también nosotros desconocemos, volverse inmunes al calor (metal en estado de
vapor) transformando sus cuerpos físicos en cuerpos extremadamente energéticos
y por lo tanto, proyectarse rápidamente a incalculable distancia.
Estos son los Conductores o, mejor, aquellas Criaturas
Angélicas como vosotros Les llamáis, que más que vosotros, que nosotros y que
de otros mundos mucho más avanzados, operan al unísono con aquella Grande,
Incomensurable Fuerza que vosotros llamáis:
DIOS.
Ellos son impenetrables y se complacen en instaurar, con Su Potente voluntad, aquellas Leyes que son de Naturaleza Puramente Espiritual, mientras la principal obra consiste en coordinar la compleja estructura de las diferentes Fuerzas Creativas.
Poseen una escala jerárquica imposible de explicarse, y también sobre la tierra, como en tantos otros planetas del nuestro y de otros sistemas solares, Su actividad viene expresada en el modo más evidente para nosotros, pero no para vosotros. Pero, en el gran pasado han realizado grandes cosas. Entre tantos bastará citaros el Divino acontecimiento del Cristo sobre la tierra.
Poseen una escala jerárquica imposible de explicarse, y también sobre la tierra, como en tantos otros planetas del nuestro y de otros sistemas solares, Su actividad viene expresada en el modo más evidente para nosotros, pero no para vosotros. Pero, en el gran pasado han realizado grandes cosas. Entre tantos bastará citaros el Divino acontecimiento del Cristo sobre la tierra.
También sobre el nuestro y sobre otros mundos hay
criaturas como vosotros y como nosotros que actúan al unísono con la
Inteligencia Cristica.
Sus percepciones son de naturaleza muy diferente y, a
menudo, actúan positivamente sobre el devenir de algunos acontecimientos
evolutivos de la especie.
Ellos pueden parangonarse, por daros un ejemplo, a aquellos
que, sobre la tierra, prepararon uno de los últimos acontecimientos de vuestra
historia: Jesu-Cristo, Job, Jacob, Elías, Moisés, Ezequiel, Pedro, Pablo, Juan,
Lucas y tantos otros, que como ellos operaron, al unísono con esta Inteligencia
Cristica, en campos vastísimos, modificando estructuras morales y espirituales
de enorme importancia para la humanidad de la tierra.
También nosotros hemos tenido estas criaturas a lo
largo del ciclo evolutivo de nuestro planeta y de nuestra raza; les debemos a
ellos, y sobre todo a nuestra buena y sabia fe, el haber conseguido superar los
estados evolutivos sin sufrir los efectos de aquellas causas que la Ley Cósmica
impone para el superamiento forzado del ciclo evolutivo del planeta y de las
criaturas que en este viven.
Vuestra arrogante ignorancia, todavía hoy, os pone en
esta trágica alternativa y, a pesar de las enseñanzas escogéis siempre la peor,
es decir la de la imposición.
Nosotros quisiéramos poder ayudaros y, en verdad, en
los límites de lo posible lo hacemos.
Pero también nosotros debemos obedecer y actuar sin
invadir los campos que no nos pertenecen. Sois vosotros, y solamente vosotros,
a deber comprender y a modificar los motivos principales que ponen en seria
carencia vuestra Conciencia. Sois vosotros, que os obstináis en crear la
difícil situación en que os encontráis y en atraer los efectos de la Gran Ley
Universal.
Nosotros, sobre este campo, no podemos hacer nada.
Tenemos grandes preocupaciones por vosotros, por vuestro modo de conducir tan
trágicamente la vida, pero debemos limitar nuestro cometido a aquello que nos
viene, perentoriamente, sugerido por aquellos que son más sabios que nosotros.
Estáis obstinados en seguir ligados a prejuicios
absurdos, volviendo vuestra vida un teatro de inaudita violencia animalesca.
Sabemos que no son los pueblos los que quieren tanta
absurdidad y también conocemos quienes son los responsables, las fuerzas
opuestas que impiden la realización de ideales más sanos y más constructivos.
Nos mantenemos constantemente en la observación más
atenta y escrupulosa, con el fin de impedir el paso hacia la degeneración
completa. Los responsables deben, absolutamente, convencerse que no puede
depender más de ellos, y mucho menos de un conflicto atómico, la solución de
los problemas que se han presentado ante el hombre de este planeta. Hay una
perfecta relación con la conquista del espacio y con la posibilidad de entrar
en una más grande y concientizada familia.
He aquí el principal motivo que nos anima y, a menudo,
nos fuerza a duros y persistentes sacrificios.
Nosotros sabemos que vosotros os preguntáis:
¿Por qué no bajan?.
¿Por qué se muestran tan pesimistas con respecto a nosotros?.
¿Por qué solamente se hacen ver en zonas despobladas?.
¿Por qué no actúan por la fuerza para darnos el bienestar y sus conocimientos?.
Y tantas otras preguntas a las que quisiéramos dar respuesta.
¿Por qué no bajan?.
¿Por qué se muestran tan pesimistas con respecto a nosotros?.
¿Por qué solamente se hacen ver en zonas despobladas?.
¿Por qué no actúan por la fuerza para darnos el bienestar y sus conocimientos?.
Y tantas otras preguntas a las que quisiéramos dar respuesta.
Bastaría tener una gran imaginación para poder
comprender. Nosotros os decimos imaginar solamente esto: ¿Qué sucedería si una
de las dos potencias en confrontación llegase a conocer nuestras nociones
científicas?.
Sabemos lo que debemos hacer y lo hacemos perseverando
sobre directivas que no admiten discusión. Mientras tanto, sería más oportuno
(y nos maravillamos de que esto suceda tan lentamente y aureolado de tanto
pesimismo), observar que en el aire hay algo nuevo y extraño que os observa,
dandoos la certeza de una potencia sabia y superior a cualquier otra nación de
la tierra. ¿Creéis, quizás, que no habríamos tenido la posibilidad de poner en
acción medios más persuasivos para haceros comprender rápidamente nuestras
intenciones y nuestros planes?.
Nosotros conocemos el camino del Supremo Bien y no
sabemos tomar otros caminos fuera de este. Pero os aconsejamos de no meceros
plácidamente en esta afirmación nuestra, que quiere ser la especificación de
nuestra Conciencia y de nuestra Justicia.
Nuestro estado evolutivo está, como ya os habíamos
dicho, ligado a la educación de un estado evolutivo superior, índice de una
Conciencia determinativa que tiene la posibilidad de adoptar, cuando lo cree
oportuno, el medio de los efectos ya indicados.
En este tiempo, empleamos el sistema del sacudimiento
sensorial y también nos preocupamos de evitar la inmensa catástrofe atómica que
habría acaecido, sin lugar a dudas, si no hubiésemos intervenido a tiempo.
Habríamos podido provocar la completa destrucción de
la potencia bélica y científica al servicio de la autodestrucción, pero no lo
hemos hecho y todavía evitamos hacerlo para no provocar en vosotros la
sensación de una fuerza hostil invasora.
Por el momento, nuestro más agobiante cometido es el
de volver, al máximo, eficiente el aparato sensitivo de nuestros colaboradores
terrestres, hoy numerosísimos, en modo de crear los elementos indispensables
para una mejor y provechosa colaboración en el inmediato futuro.
Sentimos tanto asombro de que los hombres de la
ciencia terrestre no se preocupen de estas indispensables cualidades antes de
emprender un verdadero viaje sobre los otros planetas.
No preocupándose, podrán sufrir verdaderas lesiones en
el aparato sensorial, con serias consecuencias para el equilibrio psíquico.
Nuestros colaboradores terrestres han sido elegidos
después de un cuidadoso sondeo mental particularmente escrupuloso.
Alguno no ha resistido, algún otro ha quedado
negativo, otros más han superado los primeros contactos y finalmente otros
muchos, que son el verdadero premio a nuestra fatiga, en plena superación de
las últimas y definitivas pruebas. Luego hay algunos, como ya os habíamos
indicado, que son por particulares predisposiciones nacidas con ellos,
colaboradores directos de los conductores. Estos son mucho más de vosotros y de
nosotros y están, no siempre pero a menudo, al unísono con la Inteligencia
Cristica.
Estos pertenecen, como ya os habíamos indicado, a
especial categoría de operadores que actúan por orden de una conciencia que
también sobrepasa la nuestra. Estos son terrestres, pero su existencia sobre
este mundo vuestro ha germinado de una raíz muy diferente de la común raza
humana.
Esta historia es antiquísima y si lo queréis podéis
conocerla mejor, leyendo un libro que os es tan querido. Nosotros somos
respetuosos con estos y nuestros coloquios son de profundo Conocimiento
Universal.
El universo es un Gran Organismo que hace parte del
Cosmos.
El Cosmos está formado, a su vez, por un innumerable
grupo de Organismos, o sea, de otros Universos.
Estar en conocimiento de esto no es suficiente para
volverse conscientes; es necesario conocer la estructura interna de cada órgano
para poder comprender la externa.
Si para el ser viviente la fisionomía exterior es la
suma de todos los valores interiores, también para el Universo en el que
nosotros, vosotros, y otros viven, se manifiestan las mismas acciones. Los
órganos no son otra cosa que los desarrollos subjetivos aparentes en el
exterior.
El motor propulsor, es decir el objeto, está en el
interior y de éste dependen todas las específicas
manifestaciones aptas e idóneas para desarrollar en aquella determinada
dimensión la propia particular obra. Vosotros, terrestres, sabéis muy bien que
sois hechos a Su Imagen y Semejanza, pero siempre habéis interpretado, errando,
el concepto base de esta verdad.
El fenómeno, así lo llamáis vosotros, es un efecto que
va escrupulosamente ligado a una causa que también se puede definir una ley.
Por ejemplo: la ley gravitacional es la causa de
múltiples efectos que, todavía, vosotros ignoráis completamente. Estáis
sometidos a tales efectos, sin daros mínimamente cuenta de los verdaderos
valores positivos, que estos proponen en vastísimos campos de vuestra
existencia.
Estáis en el error si pensáis que la ley gravitacional
es una dura barrera para las realizaciones astronáuticas que, desde hace
tiempo, os proponéis realizar. Nosotros os decimos que justamente en aquellos
efectos están los elementos básicos que os podrán permitir anular tales
dificultades. Vosotros, terrestres, siempre estáis animados por el instinto de
andar contra corriente y, por este motivo, demostráis mucha lentitud en la
realización de las cosas más simples. Tenéis conocimientos completamente
equivocados y opuestos de cómo deberían ser.
La culpa es siempre vuestra porque dedicáis más tiempo
a admirar las deformidades de una mente tarada o de un hecho inmoral que a
proponer a vuestro interés cosas y hechos que expresan una imperiosa necesidad
de satisfacer las exigencias de vuestro Espíritu.
Vosotros, terrestres, trabajáis mucho para el exterior
sin percataros que quien siente y ve, quien juzga y aprecia es el interior, o
mejor aquella fuerza que es vuestra verdadera personificación y que está
íntimamente ligada a aquellas Eternas Leyes que gobiernan el inconmensurable
Cosmos.
Os parecerá dura nuestra forma de expresarnos, pero
también debéis comprender que para nosotros los medios términos y los enredos,
como habituáis a hacer, vosotros terrestres, no existen.
La demostración de una verdad es una extrema necesidad
que hace parte de los principios básicos sobre los que se apoyan sólidamente
nuestra Conciencia y nuestro modo de vivir.
Expresar el concepto de los propios defectos es
difícil, especialmente cuando estos defectos aparecen manifestados. Para
nosotros esta dificultad nunca podrá existir, siendo todos conscientes de decir
sólo y únicamente la verdad.
Cuántos males podríais evitar, vosotros terrestres, a
vuestro prójimo y a vosotros mismos, si pusiéseis en práctica este precioso
instinto de ser veraces en lo verdadero, de demostrar con serenidad de
conciencia y de justicia la verdad.
Cuántos delitos habéis cometido y cuantas injusticias
cometéis y cometeréis por no decir la verdad en todas las circunstancias de
vuestra cotidiana vida.
Nosotros no comprendemos como podéis vivir con tanto
peso en el alma y en la conciencia.
Innumerables son las lagunas que os vuelven la vida
más desesperada y más errante que la de un multiasesino en consciente
remordimiento.
Comprendemos que es vuestro estado evolutivo que os
quiere tan insensibles, pero no podemos no deciroslo con el fin de espolearos,
de sacudiros de este dañino aturdimiento psicológico en el que os habéis rabiosamente
encerrado.
Nosotros deseamos comprenderos y amaros, daros la vida
que conduce a los más lejanos lugares del espacio, indicaros el camino del
bienestar colectivo, de la verdadera felicidad, de la prosperidad más sentida,
del amor más puro hacia el Padre Creador y hacia vuestros semejantes de
cualquier color y raza.
Quisiéramos, con toda la fuerza de nuestras almas,
sentiros más cercanos e indicaros, finalmente, el sendero de una Conciencia más
pura y una Justicia más sana.
Estos son los verdaderos instintos que nos animan y
nos empujan al sacrificio y a la tolerancia. Depende de vosotros, y solamente
de vosotros, encontrar estos altos sentimientos nuestros y provocar la gran
alegría para nuestras nutridas esperanzas. No podemos abandonaros a vuestro destino.
Nuestros Padres son vuestros Padres y no podemos no sentir este imperioso
deber, este inextinguible amor hacia vosotros, que sólo el espacio y el tiempo
nos ha separado. Nosotros conocemos toda vuestra historia desde el principio
hasta hoy. Nuestros Antepasados han estado con vuestros Antepasados en el
tiempo remoto y nos han transmitido el horror de vuestras vicisitudes y de
vuestras amarguras. Ya no sois como fueron los otros en el gran pasado.
Ahora podéis, si queréis, salir todos juntos al vértice
del inmenso Bien. Esforzaros, combatid aquello que en cada uno de vosotros es
el otro, el contrario, el malo, el incomprensible, el odioso, el asesino, el
injusto, el inconsciente.
Los primeros Padres de esta raza vuestra, eran
verdaderamente Dioses venidos a éste y a otros mundos del sistema solar, de
lejanas Constelaciones de nuestro Universo.
Suavizar vuestro escepticismo es algo tan difícil y no
nos ilusionamos, para nada, de que podáis acercaros a esta verdad.
Tenéis poca fe y vuestras atenciones están
excesivamente dedicadas a cosas demasiado inútiles para poder coger, con
vuestro pensamiento, el largo tiempo que os separa de vuestro verdadero
principio.
Muchas son las narraciones que seducen de alegría a
pequeños y mayores.
Nosotros no queremos referirnos a aquellas fábulas
salidas de la fantasía de los hombres, más bien a aquellos relatos mitológicos
que han llegado a vuestro conocimiento a través del tiempo y en modos algo
significativos. Habéis hecho interesantísimos descubrimientos arqueológicos y
todavía los haréis, pero ¿para qué sirven si no sabéis extraer el verdadero
significado histórico?.
¿Catalogarlos, exponerlos en los museos con brevísimas
relaciones especificas e históricas, a menudo falseadas por conceptos
erróneos?.
No bastan estos conocimientos para poder asumir el
pleno conocimiento de aquello que viene a la luz después de tantos milenios de
oscuridad.
Vosotros, terrestres, estáis habituados a valorar
solamente lo externo de las cosas sin preocuparos del interior, es decir, del íntimo
significado expresado y que indica el sentido evolutivo o involutivo del camino
del hombre sobre la tierra.
Hay algunos estudiosos sobre la tierra que quisieran
analizarlos con el justo sentido de relación que existe entre la figura y el
grado evolutivo de la raza humana o del período histórico íntimo, que a ésta se
refiere. Estos son, verdaderamente, los únicos que van en busca de valores
útiles para adquirir conocimientos para entrever vuestros orígenes.
Nosotros, a menudo, realizamos visitas a Perú,
Bolivia, México y en toda América central y meridional. Notamos, con gran
satisfacción nuestra, los elementos que sirven para testificar la autenticidad
de nuestro saber sobre vuestros orígenes y también sobre el nuestro, por
reflejo. La raíz es única aún si el espacio y la enorme distancia nos separan.
Vosotros, esto, no lo pensáis, pero vendrá un día en
que a estos coloquios nuestros, en el modo como acaecen, les daréis el justo
valor que merecen.
Nuestro fin no es el de haceros conocer estas cosas,
más bien el de acelerar y multiplicar los elementos positivos, para un futuro
contacto.
Es verdaderamente por este motivo que ejercitamos a
nuestros colaboradores sobre la tierra.
Nosotros tenemos necesidad de aquellos que pueden, en
un cierto momento, captar nuestros pensamientos para poder operar sin temor.
Las mentes no adiestradas y, por consiguiente, no
idóneas a la percepción sensorial no pueden entrar en contacto con nosotros.
Los peligros son múltiples y de seria gravedad para
aquellos que nos están iniciados a tal cometido.
Bastaría una serie de ondas-imágenes de corta duración
para causar laceraciones en el interior del cerebro o, como mínimo,
desequilibrios de naturaleza psíquica. Nosotros evitamos, al máximo, el
contacto mental con los sujetos indispuestos, porque conocemos los efectos que
pueden surgir. Conocemos perfectamente las cualidades que son necesarias para
que un sujeto pueda percibir sin recibir daño alguno.
Es, verdaderamente, difícil encaminar a tal iniciación
al sujeto, siendo varias las reacciones a las que éste viene propuesto.
Entretanto estamos en perfecto conocimiento de los
desarrollos que, poco a poco, se van verificando, no pasando por alto los
efectos, que caso por caso examinamos con escrupulosidad. Los terrestres que
desean, efectivamente, conocer muchas cosas, son pocos, pero a nosotros nos
interesa que ésto advenga aún si es lenta
y progresivamente.
DISCOS VOLADORES
UNA REVELACIÓN PURAMENTE MESIÁNICA
Como Tomás, discípulo de bíblica memoria, la gran
parte de los hombres de este mundo quiere ver y tocar sólo la parte física,
instrumental y científica de estos prodigiosos medios que hoy llamamos Discos
Voladores, rechazando del modo más categórico el otro aspecto, mucho más
importante y que se refiere a la parte reveladora de su presencia y de sus
simbólicas amonestaciones, el MESIÁNICO.
Los encuentros entre estos Seres Superiores que viajan
con tales medios (discos voladores), con algunos particulares hombres del
planeta Tierra, revisten las mismas características de los contactos acaecidos
en un tiempo pasado.
Por citar uno de los más importantes, acaecido entre
estos Seres y los hombres de este mundo, hombres particularmente seleccionados
y con predisposiciones psico-fisico-espirituales por estos Seres deseadas, es
aquel verificado entre el profeta bíblico Abraham y tres de estos personajes,
volumétricamente evolucionados, provenientes de los espacios externos de la
Tierra.
Estos maravillosos personajes, con indumentarias
vistosas e insólitas para la generación de aquel tiempo, fueron llamados por el
mismo Abraham: “DIOS, SEÑOR, DIOS”. (Génesis 18).
ENSEÑANZAS Y AMONESTACIONES QUE DISCURREN
EN LA OBRA DEL
MENSAJERO
Hermano querido, escucha y escribe:
Sobre la tierra, en verdad, la justicia todavía no
tiene reino y, sin ésta, la paz no puede existir. Justicia es Renovación.
Vuestra sociedad es animalesca e incivil, brutal y
contraproducente para los verdaderos valores de la vida.
Sois tontos y malvados con vosotros mismos y de ésto
no queréis, absolutamente, arrepentiros. Depauperáis en edificaciones inútiles
los grandes recursos de vuestro planeta, minando, cada vez más el equilibrio de
la necesidad colectiva y creando situaciones paradójicas y reaccionarias.
Exaltáis vuestra avidez como cosa evolucionada,
humana, justa.
Vosotros sólo tenéis una lejana idea de la verdadera
civilización y nosotros creemos oportuno daros una de las peores que existe en
vuestro Universo: la nuestra que, en comparación con la vuestra, es divina y
paradisíaca.
Nuestra civilización, aún cuan increíble os pueda
parecer, está llena de armonía y de serena paz. Nuestros conceptos se apoyan
firmemente sobre las sólidas bases de la Justicia Universal, del Amor Universal
y de la Verdad Universal. Nadie puede ser privado de tal bien y nadie es mejor
que el otro en la obra organizativa.
El misterio de nuestra existencia no existe y no
existen actos de naturaleza contraria a nuestras exigencias naturales. Gozamos
de la más absoluta tranquilidad porque nuestra ciencia está dedicada a la
perfección de las cosas que nos son útiles y necesarias. Sólo nos preocupamos
de competir con amor para obras edificatorias a favor de aquellos que, como
vosotros, viven en un estado deplorable y penoso.
Somos patrones de los espacios y cumplimos con
devoción el arte más precioso y más bello que un ser, consciente de sí y de su
prójimo, puede realizar.
Conocemos la Entidad Creativa y practicamos, con celo
y fe absoluta, los principios eternos de Sus justas Leyes. Nosotros amamos
profundamente la armonía de lo manifestado y también estamos enamorados de lo
no manifestado, porque sabemos que en él está encerrado el devenir continuo y
eterno de cada cosa, que nos permite alegrar nuestra existencia.
Nuestra dimensión, aún siendo dualista, nos permite
practicar, sólo, la mejor parte de la dualidad sin competir a través de la
parte peor, como vosotros hacéis sobre la tierra.
Nosotros conocemos el bien y otra cosa no hacemos sino
el bien como fin supremo.
El mal es un medio que hemos superado desde hace
muchísimos milenios, por obra de aquellos que tuvieron cuidado de nosotros y
piedad de nuestra pobre conciencia. Nosotros, que no hemos perseguido ni
matado, ni hemos cometido graves insubordinaciones al Padre Creativo, nos hemos
elevado, en corto tiempo, de la mísera conciencia por haber dado, a la justa
palabra y a las justas enseñanzas, la máxima atención y la máxima práctica.
Ahora, como Él quiere, nosotros hacemos y al mismo tiempo devolvemos aquello
que en un tiempo nos ha sido hecho a nosotros. Estos, en verdad, son los ciclos
operativos de la conciencia sobre los diversos planos evolutivos que permiten
competir según los principios que brotan de la voluntad del Padre Creativo.
En el universo hay siete planos de conciencia y la
nuestra, como ya hemos dicho, es la menor de las mayores. Nuestra obra
satisface plenamente nuestras exigencias espirituales y nos vuelve conocedores
de las obras futuras que con gracia y humildad aceptaremos, siendo obras de
eterna gloria.
Las conciencias son inmensas y todas puestas en la
obra del bien, para edificar bien. Nosotros no tenemos armas, ni es necesario
tenerlas.
Los conocimientos sobre las dimensionalidades nos
permiten, suficientemente, maniobrar del modo conveniente a nuestros deseos,
potentes fuerzas para vosotros inimaginables.
Nuestros medios espaciales, que vosotros ya conocéis
por haberlos visto repetidas veces sobre vuestra tierra, están privados de
armas. A nosotros nos basta aquello que conocemos y poseemos para defendernos.
Nosotros estamos en contra, por absoluto principio,
también de herir. Cuando estamos obligados a hacerlo usamos un medio, para
vosotros desconocido, que nos permite absorber en parte, sin provocar mal, la
energía que vivifica vuestro cuerpo. Esto nos permite, como en verdad nos ha
permitido, evitar muchas veces vuestras inconscientes reacciones. No es el
único medio que usamos, hay otros de diversa naturaleza.
Conocemos, desde hace milenios, la energía nuclear,
pero nunca hemos hecho mal uso de ella, como vosotros hacéis y continuáis
haciendo, en vuestro exclusivo perjuicio.
Nosotros también conocemos la verdadera energía
magnética que, en verdad, nos permite efectuar larguísimos vuelos en brevísimo
tiempo.
Finalmente conocemos la energía que edifica la vida y
que nos permite vivir en diferentes dimensiones de tiempo y de espacio.
LAS RELIGIONES:
LA GRAN BABILONIA
Un grupo de Genios Cósmicos llega sobre el planeta
tierra para injertar el “Ego-Sum”, para hacer al hombre a Su imagen y
semejanza.
A medida que el injerto se expresa en la forma y en la
sustancia, los arquetipos controlan periódicamente evoluciones e involuciones
de la especie, ayudando la parte que más responde a los instintos de la
genética injertada.
Los dioses de los tiempos remotos, de quienes brotaron
las religiones y sus leyes, fueron frutos de actividad misionaría de los Seres
Luz provenientes del Padre Creador ¡“Sol”!
Fueron estos dioses quienes escogieron la forma y la
sustancia por ellos instruida para poderlos personificar.
Por ejemplo: Cristo no era Jesús. Se volvió
Jesu-Cristo cuando Su Divina Luz compenetró a Jesús para hacerse personificar,
tanto en la forma como en la sustancia. Esto acaeció durante el bautismo
realizado por Juan Bautista, también él guiado para cumplir cuanto cumplió sin
dilación.
Así es para todos los otros dioses solares que se han
sucedido en el tiempo, para enseñar los valores portantes de la vida y de su
significado.
LA IGLESIA
ES LA HUMANIDAD
La verdadera iglesia es una e indivisible.
La humanidad es la multiplicidad de Su unidad y es en
ella que Dios se vuelve viviente en el espacio y en el tiempo.
NI PAZ
NI PROGRESO SIN JUSTICIA
Vuestra conciencia no edifica con justicia, ni con
equidad y con amor al prójimo, las cosas necesarias, útiles a la vida.
Los bienes que el cielo os concede son bienes de paz y
medios de progreso evolutivo físico y espiritual. Si de tales bienes no hacéis
buen uso, estos ciertamente se vuelven elementos de discordia y medios de
retroceso físico y espiritual.
Vosotros, terrestres, deseáis tanto la paz, la
invocáis cotidianamente y en cada ocasión la pedís a Dios, pero al mismo tiempo
ponéis vuestro egoísmo, ciego y malvado, por encima de tal deseo pisoteando la
justicia, pilar indispensable y sostén seguro de la paz y del progreso humano.
Este planeta os ofrece muchísimo y mucho más os
concede la Divina Providencia, pero vosotros estragáis, gastáis en cosas
bastante inútiles tales ricos dones, actuáis de forma bastante contraria a la
misma paz y al bien colectivo de los seres.
Es necesario que los hombres propuestos a administrar
las riquezas celestes estén animados de justa conciencia, de mansedumbre y
llenos de amor hacia las justas necesidades del prójimo.
Es necesario distribuir con equidad y justicia las
cosas de Dios.
Sólo haciendo así podrá reinar la paz y el bien entre
los hombres de la tierra.
¡De otro modo, no esperéis nunca ni paz, ni bien!.
SOBRE LO NUCLEAR
Lo que los extraterrestres han dicho al Sr. Eugenio
Siragusa.
¡Los mortíferos efectos de los experimentos nucleares
subterráneos cambiarán, dentro de poco, la faz de vuestro planeta tierra, si
los hombres responsables no los proscriben inmediatamente!. Vosotros,
científicos terrestres, no imagináis, ni siquiera lejanamente, lo que ya habéis
edificado y aquello que todavía os proponéis edificar con vuestra insensata
manía de la ciencia atómica.
La gravedad de vuestros actos supera todo límite de
irresponsabilidad y de abyecto sentido de egoísmo. Si la tierra ha temblado y
continuará temblando con tanta violencia destructora, la culpa es
principalmente vuestra, de vuestro cínico orgullo, de vuestra inconsciente
ciencia, privada de control, que ignora totalmente los desastrosos efectos
producidos por las explosiones nucleares en el subsuelo sobre la masa ígneo-cósmica de vuestro planeta del que constituye el núcleo.
Los actuales desastres que ya han segado un
considerable numero de víctimas inocentes, son bien poca cosa en comparación
con los que, inevitablemente, debéis esperaros en un tiempo muy próximo a
llegar.
Enteros continentes podrían ser quebrados por la
terrible fuerza titánica de los elementos ígneo-cósmicos que, con tanta infantil desenvoltura, habéis turbado y puesto en tan peligrosa agitación.
Ya, desde hace tiempo, a través de nuestro diligente
operador Eugenio Siragusa, os hemos advertido de cuanto ahora se ha verificado.
Lo único que podéis hacer para remediarlo es detener
inmediatamente todo tipo de experimento nuclear y en particular, los
subterráneos si queréis evitar, en el ulterior futuro, peores e irreparables
destrucciones.
En el pasado, como desgraciadamente en el presente,
hemos hecho y continuamos haciendo lo posible para contener los otros efectos
igualmente letales de la "Redecilla Atómica" itinerante en el espacio
de vuestra atmósfera.
Todavía, sin embargo, los residuos son abandonados y
el hecho de encontrarlos es muy frecuente. Todos los hechos con relación a
estos se revelarán catastróficos.
No obstante, estos residuos radiactivos están destinados a ser neutralizados si los hombres de ciencia y, sobre todo, de
gobierno mantienen los compromisos asumidos en el reciente tratado que prohíbe ulteriores experimentos atómicos, tanto en superficie como en la atmósfera.
¡No es así para los experimentos subterráneos!
¡Nosotros no podemos intervenir, no podemos hacer
nada!
Los efectos que se han desarrollado deben agotarse por
sí mismos. La regresión de las ondas que agitan la masa ígneo-cósmica necesita
un tiempo bastante largo hasta que vuelvan a encontrar el natural asentamiento.
El orden fundamental está trastornado por vuestra ciencia criminal. ¡Está en
vosotros, científicos y hombres de gobierno, impedir un posterior agravamiento
de la ya precaria situación, las monstruosas causas de tantas tribulaciones, de
tanto dolor, de tanto terror!
Está en vosotros, finalmente, decir:
"¡basta!". Es un "¡basta!" por amor hacia quien sufre y
hacia quien espera en vuestra cuerda conducta después del arrepentimiento.
¡Nosotros os hemos, una vez más, advertido!.
Catania, 30 de julio de 1963.
“EL HOMBRE NO DESATE LO QUE DIOS HA ATADO”
Al hombre le es concedido desatar aquello que él une,
pero no cuanto Dios ha unido todavía antes de que el hombre fuese, que el
universo se manifestase.
La ciencia terrestre intente poseer la verdad que
instruye armónicamente, en obediencia consciente a las fuerzas creativas, la
vida de cada cosa creada y subordinada a la inmutable ley del flujo y del
reflujo cosmológico.
El costoso precio de vuestra insensata abusiva libertad
LA CONTAMINACIÓN
En verdad vosotros, hombres de la tierra, con vuestra
irresponsable ciencia, habéis producido una monstruosa cadena de catastróficos
efectos. Desde hace años os advertimos de este gran peligro, pero vuestro
egoístico orgullo, vuestra oscura fe, vuestra insensibilidad, os han vuelto
sordos y ciegos a esta realidad.
Es verdad que la libertad es el vehículo principal de
vuestro libre arbitrio, vehículo que, a menudo, os lleva a la gran encrucijada
del bien y del mal, pero también es verdad que vosotros tenéis una conciencia,
vehículo que une el hombre a Dios, que os da la posibilidad de entrever, en
tiempo útil y oportuno, cual es la vía del bien y cual la del mal. Es verdad,
pues, que no os servís de este divino medio, sino que preferís sufrir las
consecuencias de vuestras inconscientes obras y pagar a tan caro precio los
frutos de vuestra soberbia y de vuestro encendido orgullo.
Sabed, hombres de la tierra:
La naturaleza es cuerpo de Aquel que es todo y no es
prerrogativa de vuestro libre arbitrio trastornarla así como absurdamente
hacéis, turbando su armonía.
¡La armonía de lo creado es la armonía de aquél que
vosotros llamáis Dios!.
Es grave delito tentar de modificar el principio con el que tal fuerza edifica.
Es grave delito tentar de modificar el principio con el que tal fuerza edifica.
Los efectos de esta Divina Causa son vitales para el
devenir de todas las cosas, comprendido el hombre. Vosotros no podéis, por
consiguiente no debéis, asumir dominio sobre aquello que es sólo y
absolutamente prerrogativa divina. Al obstinaros en tal arbitrio, asumís
inconscientemente una gravísima responsabilidad, provocando la inmediata
intervención de las leyes vigilantes de lo creado.
Ahora, vosotros habéis sobrepasado los límites que son
permitidos a vuestro libre arbitrio; habéis superado las barreras que no
habríais debido, ni siquiera aproximar.
Si la libertad que os concede escrutar en el profundo
misterio de la naturaleza, para descubrir todo aquello que puede ser útil a
vuestra evolución y a vuestra sobrevivencia, os ha dado poder para perturbarla
y volverla hostil, deletérea y agresiva, ¡pararos, no ir más lejos!
Habéis sobrepasado los límites que os son permitidos,
habéis abusado de vuestra libertad y, con cínico egoísmo, habéis producido el desequilibrio de la armonía. Habéis extraído el mal del bien, la muerte de la
vida, el sufrimiento de la alegría. Habéis construido una monstruosa cadena de
terribles sufrimientos, de titánicos efectos deletéreos que no podéis, de
ningún modo, sacudiros de las espaldas hasta después del completo agotamiento
de las desordenadas fuerzas en continuo movimiento.
¡Esto habéis edificado vosotros con vuestro orgullo
malvado, con vuestra ciega presunción y con vuestro gigante egoísmo!.
¿De que os lamentáis ahora?
¡La culpa es vuestra, solamente vuestra!.
Catania, 14 de octubre de 1963.
Los árboles, los animales, el agua y la tierra son los
elementos vivificantes de vuestra existencia, son parte de vosotros mismos. Su
gran amor es darse, integrarse en el proceso evolutivo a través del poder
transformador de vuestra obra. Vuestro astral viene alimentado por la energía
que se sublima a través del binario camino evolutivo vida-amor, muerte-vida.
Vuestro cuerpo físico es la resultante de aquello que, aparentemente, está
muerto.
El mineral, el vegetal, el agua, el aire y la tierra
se vuelven una sola cosa en cada uno de vosotros y a través de vosotros
ascienden hacia mejor destino.
Si de vuestras bocas salen blasfemias y de vuestras
obras delitos, su destino se vuelve infeliz, tanto como el vuestro, por no
haber edificado su santificación, cometido que os corresponde a vosotros, del
que sois responsables.
Ha sido dicho:
“No es aquello que entra en la boca lo
que hace daño, sino aquello que sale de la boca”.
Espero que habréis comprendido y podréis, así amar,
respetar y custodiar con amoroso cuidado cuanto es para todos vosotros un
preciso deber y un respetuoso agradecimiento a la potencia creadora del Padre
de todas las cosas.
Los Elementos primordiales reaccionan contra el
hombre, discerniendo entre las enzimas humanas.
ZIGOS: Fuerzas primordiales de la
creación, fuego, agua, tierra, aire, instrumentos de la superior Inteligencia
creativa.
Los hombres que son sensibles a la responsabilidad y cordura
operativa, entran sobre un plano de vibraciones que desarrolla una sintonía de
amor con los Zigos y sus leyes.
En 1976 suscitó
asombro un comunicado de Eugenio en el cual amonestaba a los responsables de
las violencias a la naturaleza terrestre. Hizo presente que los posibles,
anómalos, desarreglos geológicos habrían abierto, también en Europa, nuevas y
enormes fallas: “Italia se quebrará en dos, habrá otros muros de Jericó”.
LOS MONSTRUOSOS INTERESES DE LA
SANGUINARIA MÁQUINA BÉLICA
¡Son los enemigos de la paz en
vuestro mundo!
¡Los verdaderos fomentadores de los terribles delitos
y de la mortal destrucción que devastan la tierra y que os procuran dolores y
sufrimientos, son aquellos hijos degenerados del alma humana que maniobran la
sanguinaria ciencia de la máquina bélica de vuestro mundo!.
¡Quién, en verdad, quiere la paz, la justicia y el
bien entre los pueblos de la tierra y se vuelve válido defensor de los valores
físicos y espirituales conformes a alcanzar la abolición de la acción mortal,
destructora y fratricida de la diabólica fuerza, choca inexorablemente con los
malvados y tétricos intereses que, para vuestra gran desgracia, tienen en sus
venenosas espiras la hegemonía del poder económico, político, científico y
militar de vuestro mundo!
¡Para estos hijos del mal, vampiros de la sangre
fraterna, la paz es una acérrima enemiga porque contrasta con su baja y ávida
sed de dominio, de venganza y de muerte!
¡La guerra y el odio, la persecución y la venganza son
su vitalidad, su único fin de vivir!
¡John Kennedy aún estaría vivo si no se hubiese
lanzado contra la adversa conciencia, con toda la cordura y valor de su alma.
Otros muchos generosos hijos del alma humana han caído, y otros caerán, bajo
los golpes demoníacos de esta fuerza maléfica!
Jesu-Cristo, Hijo de Dios, fue flagelado y crucificado
por haber enseñado a Su prójimo el ideal Celeste Sendero de Amor, de Justicia y
de Paz. Allí donde la verdad lleva en su seno la Luz del Bien, predicado y
deseado por miles de millones de almas, allí están los hombres sin alma,
brutales espíritus degenerados, sicarios sin corazón y sin conciencia,
preparados a ocultarla, a sembrar negación, discordia y todo cuanto es útil y
eficiente a velarla a los ojos de los justos y de los mansos, deseosos de amar
y de vivir en paz con Dios.
A menudo sucede que los hombres de buena voluntad
pierdan la fe, dejándose arrastrar en la fangosa vorágine de este arte
diabólico.
¡Son muchos, en verdad, los terrestres que se vuelven,
ciegamente, cómplices de sus delictivos designios, tendientes a dividir las
almas, a volverlas áridas de fraterno amor, de verdadera justicia!
¡Comprendedlo de una vez.! ¡Comprendedlo!
¡El alma adversa agita seductores y falsos estandartes
para engañaros!. ¡La discordia, el egoísmo, el odio, la venganza, las orgías
desenfrenadas y el deseo de guerrear son las armas más potentes con las que
hieren, debilitan y dominan vuestras almas!
¡No dejaros sorprender!
Recordad, recordad ahora y siempre:
Dios es paz y amor.
Es felicidad del espíritu y del cuerpo.
Es unidad sublime de almas iluminadas, amantes la una de la otra.
Es felicidad del espíritu y del cuerpo.
Es unidad sublime de almas iluminadas, amantes la una de la otra.
Por este gran conocimiento, los mejores hijos de Dios
se han inmolado con la dulce y serena sonrisa sobre los labios y, en verdad,
esto hizo el Papa Juan XXIII, esto hizo John Kennedy, esto harán otros,
sostenedores irreductibles de los valores universales del Espíritu eterno.
Nosotros miramos aterrados, doloridos esta inmadurez
vuestra, pero no mudos ni insensibles porque, una vez más, os decimos:
¡Hijos de la tierra, uniros en paz con Dios, amaros
los unos a los otros como hermanos, con justicia, paz y amor y echad en el
fondo de los océanos la materia que os oprime y os niega el derecho de entrar
en la gran y bienaventurada familia universal!
¡Luchad!. ¡Luchad contra el mal, contra las injusticias,
contra los odios, contra quien te quita el derecho de vivir y evolucionar en
serena armonía con las Leyes Celestes. Este es vuestro cometido, vuestra
voluntad, vuestro derecho de hijos de Dios!
¡Nadie, nadie a excepción de vosotros puede hacerlo porque,
en verdad, vosotros sois los únicos árbitros de vuestro destino sobre la
tierra!. ¡Vosotros sois libres de escoger: o con Dios, o contra Dios!.
El Cielo os mira y os asiste.
Catania 28 de noviembre de 1963.
Catania 28 de noviembre de 1963.
ÈS LA REALIDAD
Muchos corruptores, muchos corruptos
y muchos corruptibles
Hasta cuando vuestra sociedad política, económica,
científica y religiosa será coordinada y condicionada por estos individuos,
vuestro progreso espiritual, material y social será, siempre, negativo e
involutivo en todos los sentidos.
Repetidas veces os hemos aconsejado de no perseverar
en este proceso existencial absurdo, deletéreo y contraproducente con cuanto
aspiráis alcanzar, pero la verdad es que, voluntariamente, os hacéis arrastrar
por las cualidades peculiares del tentador, dejándoos caer en el caos del más
férreo egoísmo, del más cínico sentido de la impiedad cruel y antihumana.
Queremos ayudaros a instaurar, sobre vuestro planeta,
la ley del derecho y del deber universales corroborados por el verdadero amor y
por la real justicia divina.
Pero todavía resistís, aún sabiendo hacia que graves
consecuencias os encamináis.
Es necesario, absolutamente, educar al hombre y
volverlo capaz de comprender la indispensable necesidad de no dañarse a sí
mismo ni a los otros, sentirse una sola cosa con el prójimo que debe amar más
que a sí mismo.
MUTACIÓN DEL PLANETA
Nueva
verdad se hace luz, ya que nuevas Leyes el Altísimo impone.
La renovación del género humano deberá sufrir la
purificación sustancial sobre los planos físico-psíquico-espirituales si se
verifica el arrepentimiento.
El planeta sufrirá flujos y reflujos purificadores
hasta que las estructuras portantes de su naturaleza cósmica se estabilicen
sobre las frecuencias positivas de la Luz Créante.
Quién no se predispone y no
acepta no podrá sobrevivir por su incapacidad de asimilar la nueva dinámica
vital.
Adoniesis a los terrestres (1976)
¿Por qué os obstináis en no querer comprender?. ¿Por
qué a pesar de las señales manifestadas no proveéis a realizar los equilibrios
necesarios para superar, sin excesivo orgasmo y sin excesivo sufrimiento, el
cambio que está en el orden de la superior ley creativa que todavía queréis,
cobardemente, ignorar?
La Renovación debe, necesariamente, verificarse y no
hay ninguna posibilidad de frenarlo, de evitarlo. Vuestro planeta está
sufriendo una seria y rigurosa intervención de naturaleza cosmofísica y, por
consecuencia, también vosotros sufrís y sufriréis los efectos de esta
intervención, si no os predispondréis positivamente y si no armonizaréis los
equilibrios naturales que vuestra obra ha, seriamente, comprometido; las
convulsiones serán extremadamente negativas y los efectos seriamente deletéreos
en todo sentido.
Vuestro planeta sufre un ciclo de crecimiento, de
avance en sus estructuras astrofísicas y de purificación. ¡Es ley de lo
Creado!.
¡Vuestro
mundo vive!.
¡Sabedlo!.
Vuestra presencia sobre el planeta que habitáis no ha acontecido por casualidad, así como no acontecen por casualidad las presencias de las enzimas en vuestras células. Vuestra obra es necesaria tanto como es necesaria la de las enzimas y de todos los otros elementos que constituyen la estructura y la vitalidad de una célula. Vuestra positividad o vuestra negatividad son determinantes para un pacífico o convulso crecimiento evolutivo de vuestro mundo.
Vuestra presencia sobre el planeta que habitáis no ha acontecido por casualidad, así como no acontecen por casualidad las presencias de las enzimas en vuestras células. Vuestra obra es necesaria tanto como es necesaria la de las enzimas y de todos los otros elementos que constituyen la estructura y la vitalidad de una célula. Vuestra positividad o vuestra negatividad son determinantes para un pacífico o convulso crecimiento evolutivo de vuestro mundo.
Así como están las cosas, la convulsión es inevitable
y la renovación cargada de efectos de todo, menos buenos. Vuestro planeta
vive y una férrea ley lo tutela.
Nosotros somos el espíritu operante de esta ley y
debemos enseñarla y hacerla respetar a toda costa. Si las “enzimas” están
enfermas, debemos hacer de todo para estimularlas a curar y a ponerlas en
condiciones de superar positivamente el renovamiento del mundo.
La mutación es inevitable y ella comporta, también, una
variación sustancial de vuestra genética informativa y, por consiguiente,
también de los valores fundamentales que instruyen el orden existencial de los
elementos que coordinan los seres vivientes y operantes: “hombre incluido”.
La mutación normal está ligada a vuestras obras positivas. La mutación
anormal, caótica, estresada, está ligada a vuestras obras negativas. Es inútil
que vuestra ciencia se fatigue tanto buscando, en otra parte, la causa de estos
desastres.
También os hemos dicho que los experimentos nucleares practicados por la
ciencia destructiva y desarmonizante han producido desequilibrios notables en
el anillo magnético esférico, en el eje de vuestro planeta y en el núcleo solar central que está en el
centro de esta célula macrocósmica “viviente”.
¿Qué queréis esperar?. Vuestro mundo se defiende y, si es necesario, os
destruirá.
Vuestras obras os repetimos, atentan contra el equilibrio universal de lo
creado. Si no lo comprendéis, habrá quien tiene el deber de hacéroslo comprender, de poneros en arrepentimiento, de suscitar la
indispensable conciencia para ser conscientes de una verdad que debéis,
absolutamente, conocer.
Todavía la crisis que atormenta vuestro planeta no ha alcanzado el punto
hipercaótico, ésta está en fase hipercrítica. Cuando alcanzará el punto
hipercaótico será demasiado tarde para poder poner remedio. Falta amor, falta
justicia, rectitud espiritual y moral; falta enormemente el amor hacia la
naturaleza, hacia los instrumentos que son el aliento, la linfa de vuestra
existencia.
Os lo hemos querido repetir, una vez más. Paz.
Dice Hoara a la ciencia terrestre
Os hemos dicho que una profunda crisis atormenta vuestro sistema solar y,
por consecuencia, también a vuestro planeta.
Si para vuestra ciencia es difícil calcular los ciclos cósmicos que afectan
a la Galaxia sobre la cual está estabilizado vuestro sistema planetario, no lo
es para nosotros que ya conocemos, desde tiempo remoto, los flujos y reflujos
que se verifican en las estructuras cósmicas y en sus dinamismos.
Nuestra presencia tiene el fin de volver notorios los probables eventos que
pueden surgir de una crisis de tan vasta portada y de la cual depende la
estabilidad de los equilibrios y de las fuerzas portantes de los planetas y de
los satélites del sistema.
No queremos ser alarmistas, pero es nuestro deber daros conocimiento y
prepararos a posibles, radicales, cambios sobre los elementos básicos que
gobiernan vuestro edificio existencial.
Variación de frecuencia significa un vuelco parcial, si no total, de los
valores que gobiernan los actuales equilibrios bio-físicos-psíquicos.
Los elementos están en fase de decadencia y su aportación prácticamente
deletérea, ineficaz, distónica, deformante. Los valores bio-físicos van de
acuerdo con los dinámicos a causa de una progresiva incompetencia colaborativa
y de continuo rechazo.
El equilibrio viene así debilitado, suscitando reacciones a menudo
incomprensibles pero no menos trágicas y violentas. El inmediato futuro, si
quedáis pasivos e inertes, estará cargado de acontecimientos aún peores y
devastadores.
Si no queréis caer en el abismo de la irreversibilidad,
debéis reestructurar bien y pronto todo aquello que intenta matar, lenta e
inexorablemente, la vida sobre vuestro planeta.
¡LO
NECESARIO A TODOS, LO SUPERFLUO A NADIE!
¡Es esta nuestra ley!. Sabemos muy bien cuán difícil es para vosotros,
terrestres, la aceptación de este ordenamiento, pero seréis obligados a
meditarlo y a deducir mucho y por consiguiente, a determinar la ley que
permita, a todos los seres vivientes sobre vuestro planeta, tener lo necesario,
aboliendo lo superfluo, que es despilfarro de los recursos naturales y
depauperación de la riqueza de todo el género humano.
Este sentido de responsabilidad consciente deberá prevalecer, por justicia
y por amor, superando los obstáculos que se interpongan a causa del
hipertrófico egoísmo de pocos en perjuicio del derecho de muchos. La miseria y
el hambre son estimulados por prácticas delictivas y por vicios deletéreos. El
relativo bien para todos, nadie excluido, es el método más eficaz y más lógico
para impedir la degeneración y el odio y para avalar un proceso de verdadera
paz entre todos los hombres de la Tierra. No es difícil instituir y poner en
práctica esta Ley universal, no es difícil si la buena voluntad prevalece con
consciente conocimiento y con aristocracia espiritual.
Si continuáis corriendo hacia lo superfluo
pronto os faltará lo necesario.
Hacéis discursos inútiles y quedan ausentes los valores de la conciencia,
debeis eliminar los desequilibrios que provocan locos consumismos, las
explotaciones indiscriminadas de los recursos naturales, las alteraciones de
los dinamismos ecológicos, deteriorando el sistema orgánico del ya decadente
ciclo vital del planeta.
El peor mal reside en aquellos que anteponen el cínico egoísmo de poseer,
al bien de toda la humanidad.
Lo sabéis y no hacéis nada para evitar lo irreparable. Dentro de no mucho
tiempo comenzará la carestía del más precioso elemento, útil a vuestra
sobrevivencia: ¡“el agua”!.
También está en vuestro conocimiento la hipercrítica situación de todos los
otros indispensables elementos que instruyen la armonía de la vida sobre
vuestro, ya inestable, planeta.
¡Lo sabéis!
¡Sí!. Lo sabéis, y a pesar de la gravedad quedáis insensibles, cínicamente
pasivos, mientras todo agoniza ante vuestros ojos, nublados por una diabólica
locura.
La muerte afila la hoz y los caballos del Apocalipsis
pisotean veloces con sus jinetes, satisfechos de ver una humanidad ciega y
sorda, dispuesta a perecer miserablemente, a renunciar a las sanas y armoniosas
alegrías de la vida y de las evolucionadas experiencias de esta dimensión.
Lo sabéis, que vuestro planeta está en agonía y vuestra sobrevivencia
seriamente amenazada. ¡Salvaros!. ¡Salvaros!.
Espíritus vivientes animados de amor universal están en medio de vosotros
para invitaros al arrepentimiento y para deciros en este recodo trágico de
vuestra existencia terrena, que es indispensable volver a poner las cosas en su
justo sitio y coordinar positivamente cuanto es útil para una renovación
armónica y constructiva de los elementos (mineral, vegetal y animal) que
instruyen y determinan vuestra existencia.
Nuestra luz de bien universal conforta estos espíritus vivientes animados
de buena voluntad e iluminados por el amor más grande de todos los amores.
ADONIESIS (1974)
EL AMOR CREATIVO
Tal delicado cometido divino -dicen los extraterretres- es el pilar básico
sobre el que se apoya la evolución psico-física y espiritual de los seres
humanos.
Vuestra ciencia debería instituir un tal orden de vida en el caso que
quisiera hacer desaparecer, finalmente, de la raza terrestre seres infelices,
disminuidos por una inconsciente y delictiva concepción.
YA DEBERIAIS
SABERLO
Escogemos, cuidadosamente, aquellos que demuestran
poseer cualidades idóneas para ser guiados y educados a un programa evolutivo
capaz de captar los superiores conceptos existenciales del nuevo mundo.
Por fin del mundo se debe entender: “Fin de un modo de vivir los valores de
la vida, así como se han vivido y se están viviendo”.
Una nueva salud espiritual, material y moral corroborada por una prudente
sabiduría impregnada de verdadero amor, fraterno, universal despojado de
egoísmo y privado de odio.
Vuestro planeta sufrirá notables flujos y reflujos de energías
purificadoras, para que también las estructuras portantes de su naturaleza
cósmica lleguen a estabilizarse sobre las frecuencias positivas de la luz
creante. Todos aquellos que no se predispongan a la aceptación de los
superiores conceptos que deberán programar el “nuevo mundo” serán,
inevitablemente, puestos en condiciones de no poder sobrevivir por incapacidad
de asimilar la nueva dinámica vital.
Os hemos concedido, ampliamente, las instrucciones básicas e
indispensables. El potencial dinámico astral ha sufrido, también él, un notable
flujo modificante en las estructuras genéticas y en los códigos de la materia
orgánica e inorgánica.
El átomo creante impone la nueva ley en relación a la voluntad del espíritu
creativo del cosmos en el contenido.
ULTERIOR AMONESTACIÓN EN PREVISIÓN DE LOS
TRÁGICOS, FUTUROS ACONTECIMIENTOS.
La indolencia en la puesta en práctica de los presupuestos ideales para una
sana y próspera convivencia fraterna entre los pueblos de vuestro planeta os
empujará hacia un conflicto de espantosas proporciones.
Tenéis elementos suficientes para constatar la creciente, caótica situación
en que hoy os encontráis. Mañana será más grave, hasta el punto de ya no poder
frenar el loco descenso hacia lo irreparable.
Os hemos advertido que existe, operante, una rígida ley de causa y de
efecto que no puede ser, de ningún modo, transgredida por vuestro libre
arbitrio, ni puede ser detenida si no se provee, en tiempo útil, a modificar el
desequilibrio que solicita la intervención de las formas de las que tal ley
dispone.
No os hemos escatimado nuestra ayuda, ni hemos estado insuficientes en
daros, siempre, más claras demostraciones de invitación al arrepentimiento y al
sentido de responsabilidad.
A través de la voz de vuestros semejantes, hemos hecho llegar a vuestros
oídos cuanto hemos considerado justo para sensibilizar vuestras turbulentas
conciencias y para haceros meditar seriamente, para que pudiéseis, concienzudamente, deducir y sacar motivo para poderos arrepentir.
Pero con nuestra viva amargura, hemos constatado que han sido pocos a percibir
la realidad del mañana que, rápidamente, os viene al encuentro.
Una vez más, os exhortamos a comprendernos y a
aceptar, en el modo que creemos justo, nuestra fraterna universal ayuda, antes
de que se desencadene lo irreparable. Tened sentido de la honestidad y rectitud
espiritual. Un funesto destino gravita sobre todo el género humano y sólo la
unión de todos los pueblos de vuestro planeta podrá mitigarlo si estimularéis
justicia, paz y amor en cada corazón.
(ADONIESIS)
WOODOK SOBRE EL CINTURÓN VAN ALLEN
Distonías geo-dinámicas en fase creciente. El cinturón
“Van-Allen”, como vosotros lo llamáis, es el cielo de vuestro planeta y cada
vez que es turbado, las repercusiones sobre vuestro planeta son notablemente
fuertes a causa de flujos y reflujos magnéticos que ponen en seria dificultad,
el dinamismo centrípeto y el centrífugo.
Los terremotos y todo cuanto está destinado a producir
desastres sobre vuestro planeta, son producidos por estos desequilibrios, que
podrían ser evitados si vuestra ciencia se diese, finalmente, cuenta cuan
importantes son las funciones de vuestro cielo y cuan indispensable evitar la
continua perturbación de este.
El cinturón “Van-Allen” instruye el equilibrio de
vuestro planeta y no sólo el equilibrio, sino también la proliferación de los
elementos necesarios al desarrollo de los valores existenciales y organizativos
de la vida en sus múltiples formas.
Existen dos entradas y dos salidas que vuestra ciencia
podría utilizar evitando desgarrar el cielo. Estas entradas y estas salidas se
encuentran en el Polo Sur y en el Polo Norte. Estas vías son las idóneas para
la entrada y la salida de cuerpos extraños a aquellos que no revisten una
característica dinámica cósmica.
Hasta cuando utilizaréis otras vías, con las consecuencias
que ya os habíamos dicho, las distonías geo-dinámicas crecerán en fase caótica.
WOODOK A LA ASTRONÁUTICA TERRESTRE
Impedid, por cualquier medio, transformar la conquista
del espacio en una conquista de muerte y destrucción.
Del espacio externo podréis obtener enormes beneficios
para un proceso sano y saludable.
Si vuestra ciencia aspirara a alcanzar los valores
positivos de la evolución tecnológica espacial, impidiendo la intromisión
degenerativa del beneficio bélico y de las fermentaciones que éste produce,
tutelaremos y facilitaremos vuestra laboriosidad. Si, por desventura vuestra,
se debiese verificar la intromisión de las fuerzas desestabilizadoras de las
potencias bélicas, las desgracias no os faltarán, ni nos predispondremos a
ayudaros.
La conquista del espacio debe estar animada por los
más altos valores morales, sociales, científicos, del espíritu humano.
Si faltasen estos indispensables presupuestos, no
tendréis campo disponible para la ascensión hacia los bienes absolutos que el
cielo conserva.
Pensad bien en cuanto os comunicamos.
Nicolosi,
16 de abril de 1981.
Ha sido dicho: "El engaño es peor que la traición"
Sobre el planeta Tierra, el engaño se insinúa con
diabólico y cínico arte en la sociedad humana para instrumentalizarla según los
deseos nefastos y delictuosos del príncipe de este mundo, corruptor de almas y
prevaricador de la divina voluntad de la Luz Omnicreante.
¡La gran batalla de Armaghedon está en curso y el
epílogo próximo!.
La Milicia Celeste está en fuerza sobre la tierra, guiada
por el Arcángel de la Justicia del Padre Glorioso.
Jesús está presente y el día de Su manifestación
próximo a venir.
Ha sido escrito: “Vendré como un ladrón en la noche”.
Las señales que preanuncian Su próximo retorno ya son visibles a todos los pueblos
de la tierra.
El juicio de los vivos y de los muertos será presidido
por Él.
La violencia: un dinamismo psíquico alimentado por las
fuerzas del poder político, militar, económico de las dos superpotencias
terrestres. Ya os hemos comunicado que existen dos institutos que coordinan la
marcha estratégica de la política mundial.
También os hemos dicho que están en su posesión
cerebros electrónicos, capaces de calcular con exactitud la resultante de
cualquier operación, todavía antes de que se cumpla. No están excluidas la
operaciones actuadas en los cerebros humanos a través de la hipnosis y fármacos
sofisticados, condicionantes.
Cuando una de las dos superpotencias quiere alcanzar
una meta política, económica y militar, todos los medios son útiles, también el
de matar o de provocar guerras, revoluciones y todo cuanto se considere
necesario. Todo viene, minuciosamente, calculado como un preciso cuadro
clínico, con la relativa eficaz cura. No se repara en gastos para hacer
fermentar la corruptibilidad moral y espiritual, para hacer fermentar la
violencia instigadora, el engaño y todo cuanto puede descomponer los
equilibrios estables y pacíficos.
El fin debe ser alcanzado haciendo creer una cosa en
el lugar de otra.
Todo debe desarrollarse en el modo ya establecido y
estar prestísimo a cubrir, con cualquier medio, el eventual error del
condicionado. Esta es la realidad y quien la quiera creer, la crea.
Peligrosos recodos de la política
mundial
Contrariamente a cuanto se dice, las dos
superpotencias de vuestro planeta acumulan, cada vez más, un potencial
destructivo enorme.
Vosotros, hermanos de la tierra, desconocéis la
realidad que os sobrepasa, porque nada, o poco, sabéis.
Vuestro planeta está saturado de potencial
destructivo, cada vez más sofisticado y con variantes extremadamente
apocalípticas.
Las dificultades económicas cada vez más crecientes,
en fase caótica, estimulan a muchos jefes de estado a coordinar una política
peligrosísima.
Las carencias energéticas y alimenticias se revelan
graves , y no menos graves son las distonías neuróticas de numerosos cerebros,
próximas a ser plenamente investidas por una letal peste (Harbar), es decir,
distonía progresiva de los circuitos neurónicos y, consiguientemente, total
locura destructiva, furia animalesca, impelente instinto de matar y matarse.
Mientras la demencia es el trauma de una parte del
cerebro y puede ser curable, la locura es un desorden del equilibrio neurónico
con decadencia progresiva.
Si pondréis en práctica una política menos edificante
que las otras que os han llevado a estos oscuros senderos, el género humano
desaparecerá de la tierra.
(ADONIESIS)
La transmisibilidad de los elementos propuestos a cultivar vuestra existencia es una verdad incontestable, tanto como verdad la asimilación de cuanto, degeneradamente, deforma no sólo las estructuras genéticas, sino también el normal desarrollo evolutivo de la especie, proyectado en otros valores dimensionales.
Las estructuras portantes del proceso biodinámico
están obligadas a sufrir anomalías que inducen a desestabilizar los flujos y
reflujos de los insuprimibles valores existenciales, íntimamente ligados a la
naturaleza viviente de las cosas creadas, comprendido el hombre.
Es bueno que sepáis que los olores del plexo anímico
infectado revisten una notable importancia para poder clasificar el porcentaje
de contaminación de la sangre.
¿Sobrevivirá
esta generación?
La situación del planeta Tierra no es menos grave que
la del planeta Mallona que explotó hace 100.000 años provocando la muerte de
siete billones de seres de vuestra especie y de cuanto éste contenía.
Si continuáis, todavía, desarmonizando e infectando de
residuos radioactivos y de todo cuanto descompone sus cósmicos equilibrios, el
próximo destino de vuestro planeta no será diferente de aquel del planeta
Mallona. Ya las señales son evidentes y lo peor podría manifestarse de aquí a
no mucho tiempo.
Os recordamos una vez más: “Yo me he arrepentido de
haber creado al hombre sobre la tierra, Yo lo destruiré”. (Génesis 5‑7)
Nuestro deseo es el de exhortaros a hacer que la
purificación de vuestro planeta prevalezca sobre su destrucción. Su
purificación podría acontecer con un providencial medio que inicia con la letra
“A”.
Si, finalmente, prevalecieran la cordura de vuestros
espíritus y, el purísimo amor por esta criatura cósmica que llamáis “tierra”,
¡el paraíso prometido podría volverse realidad!
¡Oh!, ¡Si tú pudieses!
Si tú pudieses mirar los ojos de un justo,
removerías la injusticia de tu corazón.
Si tú pudieses escuchar el corazón de un pacífico,
volverías a encontrar, para siempre, tu paz.
Si tú pudieses oír el gemido de un niño,
amarías con devoción la vida.
Si tú pudieses hacer tuyo el sufrimiento de los otros,
te volverías amigo de Dios.
Si tú pudieses socorrer a tu prójimo,
jamás tendrías necesidad de nada.
Si tú pudieses amar sin poseer,
serías el ser más feliz.
¡Oh!. ¡Si tú pudieses!
EUGENIO SIRAGUSA
Capitulo-7-sublimacion
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